El arte de la guerra
“Las drogas son las enemigas del futuro y la esperanza, y cuando luchamos contra ellas luchamos por el futuro” Bob Riley Una reciente nota de un semanario local, reporta que de 2017 a la fecha 45 menores de edad han sido asesinados, y otros 35 han sido heridos en distintos ataques armados en Tijuana, todos relacionados con actividades de narcomenudeo. La misma nota detalla que la mayoría han sido víctimas colaterales de sicarios que dispararon frente a familias, donde en todos los casos los eventos se han dado en zonas consideradas marginadas de la ciudad. La razón de estos acontecimientos según la autora, son la descomposición del tejido social, el abandono gubernamental y la desigualdad social, traducido todo esto en el fenómeno de las adicciones. Expertos definen el problema de la drogadicción como algo en constante evolución, con un país vecino que poco abona en la solución. El problema se multiplica ante la ausencia de un diagnostico oficial correcto, y por consecuencia la ausencia de políticas públicas que ofrezcan un mejor plan de vida en comunidades marginadas. En el reciente foro sobre seguridad publica llevado a cabo en la ciudad de Tijuana, el consultor Elias Rafful nos presenta las siguientes estadísticas: El consumo en BC de drogas ilegales es de 6.6% del total de la población económicamente activa, la media nacional es del 4.8%. En particular el uso de la marihuana es del 5.7% contra el 3.8% de la media nacional. ¡El uso de anfetaminas es del 2.7% contra el .06% de la media nacional! Según el mismo consultor, cuando correlacionamos los homicidios dolosos en nuestro estado con la distribución de drogas ilegales, tenemos los siguientes números: La población con mayor vulnerabilidad está entre 12 y 30 años. Los agresores en el caso de los homicidios fluctúan en el mismo rango de edad, donde la principal droga consumida es el cristal. En Tijuana, los principales lugares donde se cometen los homicidios son Zona Norte, Mariano Matamoros, Camino Verde, Sanchez Taboada, Ejido Francisco Villa, Pedregal de Santa Julia y Villa del Álamo. Termina el consultor haciendo una serie de recomendaciones con el objetivo de disminuir los homicidios: Una estrategia de “disuasión focalizada” a través de la ubicación de posibles jóvenes consumidores entre 12 y 30 años, interviniendo en las zonas de mayor marginidad e incidencia. Es importante mencionar que la estrategia de disuasión focalizada ha sido utilizada por distintas ciudades de EU que tenían un alto índice de criminalidad, como Boston y Nueva Orleans, con resultados altamente motivantes y sobre todo medibles. Una vez localizadas estas víctimas o victimarios potenciales, las autoridades deben generar programas integrales de recuperación de espacios que involucren centros de adicciones, atención psicológica-social y proyectos de vida. A este universo de gente se le deberá dar un seguimiento permanente y personalizado, termina el consultor. Estadísticas nos demuestran que por cada $100 pesos que se invierten en combatir la inseguridad, $85 se van al combate de la oferta (narcotráfico), y solo el remanente a la prevención. Es hora de revertir esta estrategia, la Secretaria de Salud tiene que responsabilizarse del problema. * El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Publica del Estado.
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