Educación
"Por el derecho a la libertad de expresión" En todas las campañas políticas en las cuales ha participado y ganado Nereida Fuentes, uno de sus principales discursos y arengas llevaba como eje central a los obreros. Decía, y esto es casi textual, que la fuerza del movimiento obrero y su participación en el desarrollo político económico del país, el estado y el municipio es de tal magnitud, que ha quedado impresa en todas y cada una de las transformaciones que hemos tenido como nación. En ese mismo sentido, participaba activamente en los desfiles del primero de mayo, como una obrera más que marchaba orgullosa de su filiación sindicalista y partidaria. Nunca se permitió faltar a una celebración de tan alto calibre. Ella estaba presente, aunque no fuera invitada ni bien recibida. Después, se reunía en las comilonas que se hacían al terminar las machas, y comía y brindaba hasta el hartazgo. Eran los años felices de la gente callada, desmotivada y pasiva que se tragaba las ofensas y traiciones de sus líderes. Sin embargo, todo tiene un final y este se da de acuerdo con las circunstancias. Toda aquella actitud de Nereida Fuentes de codearse con la clase obrera, de participar del brazo revolucionario de la clase obrera, este primero de mayo la tiró a la basura y no se presentó al desfile. El templete que históricamente se utiliza para que los funcionarios de elección popular, los designados y los invitados especiales sean testigos y participantes de las celebraciones cívicas, lució vacío. Parecía un ridículo armatroste ubicado en un espacio público que molestaba a los ciudadanos y que, en realidad, era una burlesca forma de reírse de los ciudadanos. La gente molesta gritaba improperios y renegaba de la cobardía de la alcaldesa y sus funcionarios que se ampararon debajo de su falda. Esta actitud grosera muestra la cara real de esta alcaldesa que ha estado protegiendo a Javier Ignacio Urbalejo Cinco, a César Moreno –estos dos exalcaldes– y a Gerardo Sosa Minakata, actual Síndico Procurador de Tecate. No le ha importado ni a ella ni a su Cabildo, que existan demandas judiciales y solicitudes de juicio político en contra de ellos, traicionando a los tecatenses, y permitiendo que se consumen los delitos. Por supuesto que Nereida Fuentes tuvo miedo a la fuerza del grupo Tecate en Pie de Lucha y otros organismos ciudadanos del municipio, que le iban a cantar sus verdades durante el desfile del primero de mayo. De manera vergonzosa y cobarde, prefirió Nereida Fuentes hacerse invisible y evitar así el coraje de quienes estamos hartos de tanta corrupción e impunidad en nuestra ciudad. Durante su administración ha hecho oídos sordos a los reclamos justos y valientes de los ciudadanos, ha permitido y promovido la corrupción y se ha negado a resolver asuntos graves de la policía municipal. Esta es la altura real de nuestra presidenta municipal: una mujer que le huye a la crítica social y que tiene una administración oscura, que no es capaz de levantar la voz contra la injusticia y que protege a los delincuentes que se han enriquecido con los recursos financieros del municipio. ¿Será esto falta de educación o valemadrismo? Lo que sea, pero debería disculparse cuando menos. Vale. * El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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