Casillero
“La democracia es el peor sistema de gobierno. Con excepción de todos los demás.” Winston Churchill Se trata de un concepto muy usado en materia política y puede definirse como ese caudal de popularidad de un candidato o un político y que refleja la cantidad de personas que lo apoyan para ejercer su cargo público. Algunos lo llaman capital político, aunque el bono democrático lo entiendo más como el respaldo ciudadano que llevó al candidato al triunfo y que aún después de obtenido éste, lo siguen respaldando en sus decisiones gubernamentales. Es claro que el poder agota el bono democrático, sobre todo cuando se toman decisiones arriesgadas que difícilmente son del agrado de todos, por eso se dice que el poder desgasta la popularidad de cualquier político y por ello en sus últimos años de gobierno, su nivel de popularidad baja considerablemente en comparación con sus inicios. En todo esto existe una gran dosis de expectativas ciudadanas que con el paso de los meses se ven frustradas al no convertirse en realidades tangibles para el gobernado, algunas por imposibles y otras por incosteables. Cuando llegó al gobierno de Baja California Ernesto Ruffo; a las pocas semanas de haber asumido el poder, escuchaba a una persona en la radio quejarse amargamente de que a pesar de que Ruffo había llegado a Gobernador, todavía no tenía agua en su casa, como si se tratara de un bálsamo milagroso que por arte de magia convirtiera todas sus carencias en soluciones. Cuando estas expectativas son tan altas y no se cumplen, generan una desilusión que en el camino pueden convertirse en manifestaciones violentas contra la autoridad incumplida. El gobernante tiene que prestar extremo cuidado a este punto pues de lo contrario puede generar un peligroso rechazo hacia su gobierno, como ahora está ocurriendo con Venezuela o Nicaragua, en donde ambos gobernantes llegaron con altísimos márgenes de aprobación social. En el caso del futuro gobierno de López Obrador, es claro que hubo un voto de esperanza a una nueva forma de hacer gobierno y un rechazo a las viejas prácticas de corrupción e impunidad que propiciaron los gobiernos anteriores, los cuales no supieron leer el hartazgo ciudadano por el viejo régimen. En tal virtud, los futuros gobernantes de MORENA, tienen frente a sí, el enorme reto de cumplir con las expectativas ciudadanas y en caso de que sean imposibles de lograr, informar claramente a la ciudadanía esta razón, a fin de conservar el aval ciudadano que los llevó al poder. Por lo pronto, en Baja California, tenemos en puerta las elecciones de 2019, en las cuales es muy probable que el famoso bono democrático de López Obrador y de MORENA, alcancen para sacar al PAN de la Entidad y con ello se termine con 30 años de unipartidismo, pero todo dependerá de cómo arranca esta nueva administracion. La moneda está en el aire, mientras no se desperdicie el bono democrático, todo se puede lograr. * El autor es asesor empresarial en cabildeo.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí