Casillero
“Tenemos bastante religión para odiarnos unos a otros, pero no la bastante para amarnos.” Jonathan Swift Hace un par de días se cumplieron 70 años del nacimiento del Estado de Israel. El 14 de mayo de 1948 fue proclamado en Tel Aviv su creación. Esta declaración entró en efecto un día después de que se retirasen de la región las últimas tropas británicas, sin embargo, ese mismo día, cinco ejércitos árabes provenientes de Jordania, Egipto, Líbano, Siria e Irak invadieron al recién estrenado estado de Israel y a partir de esa fecha, pocos han sido los momentos de paz en esa región. La historia milenaria de Israel se relaciona siempre con un pueblo de grandes sufrimientos, como lo fue el cautiverio del pueblo judío en Babilonia en el año 597 a. C. Posteriormente, en el año 70 se da la destrucción de Jerusalén por los romanos, lo que originó el exilio de los judíos a diferentes lugares del mundo en lo que es conocido como la diáspora. Quien no recuerda las lecturas en la biblia en las que se hace mención al regreso del pueblo de Israel a la Tierra Prometida, cuestión que siempre estuvo envuelta en un aspecto religioso pues ellos estimaban que podría coincidir con la llegada del Mesías. Todavía en el siglo XIX y principios del siglo XX, muchos judíos ortodoxos consideraban la idea del regreso a Israel antes de la llegada del Mesías como algo sacrílego. Durante el siglo XIX, Israel formaba parte del Imperio otomano y estaba poblado principalmente por judíos y árabes tanto musulmanes como cristianos, sin embargo, durante ese siglo se fue poblando de una gran comunidad judía proveniente de Europa, producto de varias oleadas de inmigrantes que poco a poco hicieron suya esa tierra, al grado de que los más radicales buscaron apoyo internacional para lograr una patria judía en Palestina, Después de la caída del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial, el Reino Unido recibió la encomienda de la Liga de Naciones para administrar Palestina y sus habitantes, sin embargo, Inglaterra se encontró con la realidad de dividir la mitad del territorio entre judíos y árabes y otra porción con Francia, cuestión que generó diversos problemas entre árabes y judíos que terminaron siendo resueltos por la naciente Organización de las Naciones Unidas, la cual terminó por establecer la nueva división geográfica de la zona el 29 de noviembre de 1947, decidiendo la partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío quedando Jerusalén bajo la administración de las Naciones Unidas. A partir de entonces las luchas suben y bajan de tono, pero continúan y Jerusalén, su capital se encuentra dividida en 3 tercios, una judía, otra musulmana y una tercera católica que cuida de los Santos Lugares donde vivió Jesucristo. Se trata de un cumpleaños con poco que celebrar para los judíos y con pocas expectativas de paz en el corto plazo mientras las religiones sigan dividiendo a sus moradores. *El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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