Águilas y serpientes
La solución a todos los problemas que tenemos los mexicanos como sociedad es muy sencilla. Para todo lo que veamos mal, comencemos un activismo ciudadano, encabezado por nosotros mismos, con el fin de solucionar eso que nos aqueja. No pidamos soluciones a terceros. Si cada uno comandamos un movimiento para arreglar las cosas, en muy poco tiempo todo comenzará a mejorar. Pero si cada cual sigue solo quejándose, o pidiendo a gritos un líder que nos salve o insultando a las autoridades por todo lo que falta, cada día estaremos peor. Lo que no quiera hacer por usted mismo, no lo exija a otros. ¿Sabe usted de dónde salen los criminales y los narcotraficantes? Salen de nuestra sociedad, de la que formamos parte usted y yo. ¿Sabe de dónde salen nuestros políticos? Salen de nuestra sociedad a la que pertenecemos usted y yo. ¿Sabe de qué está formada la sociedad? De todas las familias en donde se encuentran la suya y la mía. ¿Sabe de dónde salen los indiferentes? Son los hijos, hoy adultos, que tuvieron padres indiferentes. ¿Sabe usted por qué hay tanto carro “chocolate” circulando por nuestras calles y haciendo un infierno del tráfico? Porque quienes los manejan son parte de nuestra misma sociedad. ¿Sabe usted qué es de las familias de los policías caídos en el cumplimiento de su deber? No sabe porque a eso no le presta atención; porque solo sabe de los policías corruptos que prefieren el lado oscuro, porque nadie del lado de los “virtuosos” los toma en cuenta para superarse y protegerlos. De modo que sí, la solución es fácil. Deje de quejarse y póngase a trabajar por su familia, por su colonia, por su centro de trabajo, por su comunidad y por la ciudad en general, sin poner de pretexto falta de tiempo o diferencia de ideologías, etcétera. ¿Sabe usted cuantos de los que se quejan a diario en Facebook pertenecen a alguna asociación de activismo ciudadano o a algún comité vecinal? Pocos. La mayoría critica en lugar de hacer su autocrítica. Mucha gente prefiere seguir despotricando desde la comodidad de su sillón y tablero de escritura, a verdaderamente salir con el afán de arreglar las cosas. La responsabilidad social es el compromiso, obligación y deber que poseen los individuos, de contribuir voluntariamente para que la sociedad sea mejor. La responsabilidad social se originó por la preocupación de los individuos, las autoridades e instituciones sobre los daños causados por los malos servicios, la falta de transparencia y rendición de cuentas, etcétera. Hay que presionar a los responsables a cumplir los requisitos, así como verificar su aplicación y cumplimiento. La responsabilidad social no se puede dejar de observar, ya que es indispensable que los ciudadanos tomen una actitud madura y creen conciencia. Así es que la solución ya la tiene. En usted está la decisión de actuar o seguir quejándose sin mayor consecuencia y, lo que es peor, sin responsabilizarse de nada… casi como siempre. * El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y Coordinador de Tijuana en Movimiento.
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