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Agua Caliente

En medio del agravamiento de la crisis de violencia en Quintana Roo, especialmente en la perla del Caribe mexicano, Cancún, el ex jefe policiaco de Tijuana, Alberto Capella Ibarra, llega a hacerse cargo de la Secretaría de Seguridad Pública de ese Estado de "la otra península". Apodado con algo de sorna el "Tragabalas", por el episodio aquel en que hizo frente al ataque de un comando armado a su domicilio en Playas de Tijuana, en noviembre de 2007, Capella Ibarra, en ese entonces presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de BC, ha hecho carrera en el ámbito policial. En diciembre del mismo 2007 asumió como secretario de Seguridad Pública municipal de Tijuana en el gobierno del panista Jorge Ramos, cargo en el que estuvo unos meses para después ser sustituido por Julián Leyzaola. Después, en el 2011, volvió a la titularidad de dicha secretaría por invitación del entonces alcalde priista Carlos Bustamante. Luego, en 2014, dio el salto al siguiente nivel al desempeñar la misma función en el Estado de Morelos, a la sombra del gobernador perredista Graco Ramírez, cargo del que se separó apenas el pasado 14 de septiembre. Ahora, Capella Ibarra se va más lejos de Tijuana al sumarse al equipo de Carlos Joaquín González, quien gobierna Quintana Roo desde 2016, postulado por una coalición local PAN-PRD, aunque de pura cepa priista (incluso por lazos familiares, pues es medio hermano de Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía del declinante sexenio peñista). Hace algunos meses se había comentado que el teniente Julián Leyzaola daría asesoría en seguridad pública en Cancún, lo cual después se vino abajo. Así que no será el teniente el que abandere ese tema por allá, sino el también llamado rambo tijuanense. Molesta propuesta Y hablando de Leyzaola, mientras en el PRD unos celebran ir en una posible alianza de partidos y llevar como candidato al teniente coronel, hay otros que están indignados. Uno de ellos es José Luis Pérez Canchola, el primer procurador de los Derechos Humanos en Baja California, quien de plano mejor renunció al partido al saber que sería su abanderado. Sobre el teniente pesan quejas de violaciones de derechos humanos y dentro del PRD además de ex Ombudsman, ha habido activistas que están en desacuerdo con el actuar del militar en retiro. Y es que lo que Leyzaola quiere es encabezar una alianza de los partidos considerados pequeños en BC, y ahorita al menos hay dos interesados en formar parte de esta coalición: PRD y Movimiento Ciudadano. Amarres extraños Aprovechándose que la oposición real, llámese Partido Revolucionario Institucional, en el Congreso del Estado de Baja California no existe al no funcionar su dirigencia estatal, la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional sigue impulsando reformas constitucionales que, importándoles poco, vulneran la autonomía del Poder Judicial. Un poder que se supone es autónomo, pero que en la realidad del Estado actúa como una dependencia en la que se resuelven los asuntos legales a favor, siempre, del Poder Ejecutivo o sus recomendados. Muestra de ello es la reciente y no menos burda intentona de la fracción panista, asociada con el color moreno de los diputados Catalino Zavala y Víctor Manuel Morán, para nombrar magistrados afines y consejeros de la Judicatura que no reúnen los requisitos establecidos en la Ley. Por supuesto que uno de los directamente beneficiados sería el diputado Zavala, pues se menciona el nombre de una de sus hijas para ocupar la titularidad de un juzgado a cambio de que la fracción de Morena destrabe el nombramiento de la abogada y juez tijuanense Lourdes Molina, propuesta por el blanquiazul como magistrada. Otra beneficiada indirecta sería la diputada priista Patricia Ríos, pues su esposo, el panista Aníbal Cáñez, aspira a un lugar en el Consejo de la Judicatura. Por lo menos estos nombramientos estarían comprometidos a cambio de que la mayoría panista en el Congreso acepte modificar la Constitución Local y apruebe ampliar de dos a seis años el periodo del próximo Gobernador del Estado, una iniciativa que vienen impulsando Zavala y Morán. Pero, esos malditos peros que nunca faltan… Resulta que ambos legisladores morenos ya están en la mira del Senador Jaime Bonilla pues todo hace indicar que han querido aprovecharse de las múltiples ocupaciones del legislador para moverse por la libre…y eso no está gustando nada, menos cuando se están prestando a un movimiento orquestado desde la misma Secretaría General de Gobierno, desde donde se mueve la Rueda de la sucesión. Y eso se sabe y se castiga, más temprano que tarde.

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