Rituales de fin de año reactivan ventas y creencias en la ciudad

Tijuana, BC.-Los rituales de fin de año reactivan ventas y creencias en la ciudad, donde veladoras, inciensos y objetos simbólicos marcan el cierre del año y las expectativas para el siguiente, de acuerdo con comerciantes de la Zona Centro de la ciudad.

Juan, comerciante del giro esotérico, explicó que durante esta temporada los productos más solicitados son veladoras, lociones de Año Nuevo e inciensos de copal, asociados con limpias y nuevos comienzos.

Comentó que de acuerdo con el comerciante, la mayor parte de los clientes que acuden a este tipo de establecimientos son jóvenes adultos, principalmente personas de entre 24 y 35 años interesadas en realizar rituales sencillos.

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Artículos más vendidos

A lo largo del año, señaló que las temporadas más fuertes para las ventas se concentran en Semana Santa y en el cierre de año, siendo este último el periodo con mayor movimiento comercial.

Entre los artículos más vendidos se encuentran veladoras de Año Nuevo y de distintas figuras religiosas, cuyos precios se mantienen en 60 pesos y 65 pesos cuando son preparadas, mencionó.

José Ricardo, otro comerciante del mismo giro, detalló que también se comercializan docenarios, conformados por doce velas que representan cada mes del año, así como figuras simbólicas del nuevo ciclo.

Los precios varían según tamaño

Dijo que estos rituales suelen complementarse con semillas como arroz y lentejas, además de canela, laurel, monedas o billetes, elementos asociados con prosperidad, trabajo, amor y salud.

Estos productos expuso que se ofrecen ya preparados y que los precios varían según tamaño y presentación, con costos que van desde 110 hasta 380 pesos, mientras otros paquetes se venden en 210 pesos.

Sobre el comportamiento anual, puntualizó que las ventas se mantienen estables con altibajos normales, aunque el cierre e inicio de año generan un repunte por artículos complementarios como borreguitos y morralitos.

Ana compartió que este fin de año realizará un ritual sencillo que consiste en encender una veladora blanca, escribir sus propósitos y acompañarlos con semillas, como forma de cerrar ciclos y comenzar el siguiente con claridad y prosperidad.