Un 2026 de retos y resistencia para la industria de la construcción
La industria de la construcción en Tijuana enfrenta un cierre de año complejo y un 2026 que se vislumbra aún más desafiante.

La industria de la construcción en Tijuana enfrenta un cierre de año complejo y un 2026 que se vislumbra aún más desafiante, pues a los efectos acumulados de la baja inversión pública y la desaceleración privada, se sumarán nuevas disposiciones fiscales que aumentan la carga administrativa sobre las empresas, justo cuando el sector lucha por mantenerse en operación.
En la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) hemos observado con preocupación cómo, en los últimos meses, cerca del 30% de los afiliados han cesado actividades o reducido su operación, lo que representa empleos perdidos, cadenas productivas interrumpidas y menos oportunidades para el desarrollo económico regional.
En tanto, el inicio del próximo año traerá consigo mayores obligaciones fiscales y contables,
lo cual impactará con especial dureza a las micro y pequeñas constructoras, que trabajan con esquemas de pago variables y márgenes mínimos.
A este panorama se suma el incremento salarial previsto y el alza en los costos de materiales, factores que, sin una compensación mediante inversión pública o estímulos fiscales, hacen cada vez más difícil sostener la productividad.
En ese sentido, vemos que las empresas están operando al límite, enfrentando cargas cada vez más altas y una competencia desigual frente a proyectos foráneos o informales y, lo que resulta preocupante, es que tras un periodo prolongado de escasa inversión en infraestructura, el sector se adentre a otro ciclo con mayores restricciones presupuestales.
Y es que sin obra pública no hay dinamismo, y sin dinamismo se resiente toda la economía local, desde los proveedores de materiales hasta los trabajadores que dependen de cada proyecto.
Como gremio, consideramos que es momento de replantear las políticas económicas y fiscales que inciden directamente en la industria, ya que la construcción no puede seguir siendo vista únicamente como un rubro de gasto, sino como una inversión estratégica.
Desde la CMIC seguiremos impulsando el diálogo con los tres niveles de gobierno para buscar soluciones conjuntas que permitan recuperar el ritmo de crecimiento y brindar estabilidad a las empresas locales.
Creemos que el 2026 será un año decisivo en el que, pese a las dificultades, el sector constructor mantiene su compromiso con el desarrollo de Baja California, no obstante, necesitamos un entorno que promueva la productividad y reconozca a la infraestructura como la base del progreso.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí
Grupo Healy © Copyright Impresora y Editorial S.A. de C.V. Todos los derechos reservados