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El Imparcial / Tijuana / Juzgados

Pierden tiempo y dinero en los juzgados

Ayer, personal del Poder Judicial del Estado, incluido el de los Juzgados Civiles y Familiares, regresó a sus labores después del periodo vacacional.

TIJUANA.- Como una pérdida de tiempo y en ocasiones de dinero es como calificaron algunas personas los procesos en los Juzgados Civiles y Familiares, ubicados en la Vía Rápida Poniente.



Ayer, personal del Poder Judicial del Estado, incluido el de los Juzgados Civiles y Familiares, regresó a sus labores después del periodo vacacional.



Con el término del receso, también se reanudaron los procesos legales y asuntos que se llevan a cabo diariamente en el lugar.



Sin embargo, pese a que la ciudadanía pudo continuar con sus respectivos asuntos, el proceso no ha sido ágil y algunas personas coincidieron en que acudir a los juzgados la mayoría de las ocasiones representa una pérdida de tiempo.



La señora Marta Barrera arribó a las instalaciones para continuar con su juicio testamentario acompañada de sus familiares.



Pese a estar aún de luto por el fallecimiento de su hermano, en su primera cita con el abogado se le notificó que el proceso puede durar hasta un año.



“Es un juicio testamentario el que estamos llevando, apenas empezamos pero ya nos dijeron que va a ser de seis meses a un año; si se arregla pronto”, dijo.



María de la Luz, familiar de Marta, añadió que las constantes asistencias a las entrevistas obligan a ausentarse de sus actividades laborales, lo que afecta en su economía.



“Es mucho tiempo porque son puras vueltas las que nos hacen dar, si uno trabaja, es pérdida de trabajo por estar viniendo a ver lo del testamento; yo trabajo en una ferretería, soy cajera, dejo de trabajar, dejo de ganar dinero. Mi suegro les dejó sus cosas y no se las han podido entregar”, manifestó.



Luisa Ramírez, quien buscar obtener una carta de concubinato, ha recurrido a todas las instancias para obtenerla, sin embargo, se ha topado con diferentes obstáculos en cada una y los juzgados Civiles y Familiares no han sido la excepción.



“Llevamos mucho tiempo haciendo unos trámites, en esos trámites nos falta un trámite, vamos a otra parte y nos piden otra cosa, llevamos como un mes haciendo puros trámites; vinimos aquí, que se supone que era el último y tenemos que ir a buscar un abogado, nos afecta más porque es más tiempo perdido”, relató.



La tardanza en el proceso no solo la afecta a ella, sino a su hijo que se ve obligado a ausentarse de la escuela cada vez que acuden a diferentes instancias.



“Yo no llevé a mi niño a la escuela, no voy a ir a trabajar por venirme temprano, vine otros días y estaba cerrado, estaban de vacaciones, tengo otra cita el día 7 y no voy a poder llevar el papel ese día; no tiene fecha para resolverse, no sé cuánto más tiempo tarde”, explicó.



Otras personas, como Aidé Rodríguez, enfatizaron la sorpresa que representa el hecho de que no se puedan solucionar de forma rápida problemas como una deuda.



Aidé acudió a los juzgados a continuar con un juicio en contra de una persona a la que le rentó un local mediante un contrato y no le pagó lo estipulado.



“Hice un contrato de arrendamiento y al que le renté nunca me cumplió en lo que es la renta, hizo algunas transas, me dejó una cuenta del agua de 40 mil pesos, yo entregué sin adeudo y me regresaron con un adeudo inmenso”, dijo.



Al existir un contrato de por medio, añadió, pensó que el juicio se llevaría a cabo ágilmente; un año después de pagar ella misma un adeudo de agua de alrededor de 40 mil pesos, no ha visto su dinero de regreso.



Aidé dijo que, en un inicio, tuvo incredulidad por las respuestas por parte del personal del Poder Judicial y de su abogada.



“El problema es que te hacen perder dinero y tiempo, lo que pueden hacer rápido, se basan en que es protocolo y lo tienen a uno perdiendo tiempo y economía, te dicen que no te van a pagar, aunque haya un contrato; es un proceso largo, tú piensas que vas a recuperar lo que pagaste de adeudos pero ya ha pasado mucho tiempo, ya va un año”, informó.



Ana Rodríguez, quien administra una tienda de abarrotes y es el sostén de su familia, se ha visto obligada a cerrar su establecimiento todos los días que acude a los juzgados por el tiempo que se demora en el proceso para reclamar una herencia.



“Afecta mucho porque tengo una tienda que cerrar para venir a los juzgados, perdemos tiempo y dinero para venir a los juzgados”, apuntó.



Rodríguez inició con el trámite desde el 10 de junio y, aunque acudió a cada cita programada, hasta el momento no ha logrado ningún avance.



“Empezó el 10 de junio, vine un lunes, antes del receso, después de eso me dijeron que viniera el miércoles, se fueron de vacaciones, nos dijeron que iban el 5 de agosto; vine toda la semana, el lunes no salió, el miércoles no salió, viernes no salió y cuando regresé ya se habían ido de vacaciones”, mencionó.

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