Cambió sismo de 2010 a Mexicali

Han pasado ya 6 años desde que Mexicali sintió aquel sismo de 7.2 grados, que dejó millones de pesos en daños y pérdidas en esta región, y con sólo un saldo de dos personas fallecidas por causas relacionadas al movimiento telúrico.

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“Ese fue el sismo de la suerte”, asegura Luis Mendoza Garcilazo, investigador del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese), al haber ocurrido en un Domingo de Pascua, sin mayores pérdidas humanas, y que la fuerza del sismo se dirigió a zonas no habitadas.

A 6 años, el experto en sismología asegura que, al menos los residentes de Mexicali, han mostrado un avance en su cultura de prevención y preparación para eventos de este tipo, pero es una cultura que no debe olvidarse.

Desde el 2011, la actividad sísmica ha disminuido, asegura Mendoza Garcilazo, pero no por ello significa que los mexicalenses se olviden de que habitamos en una zona geológica propensa a los sismos.

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Cambio de reglas

La experiencia del sismo del 4 de abril de 2010, obligó a la comunidad de arquitectos, ingenieros, constructores y autoridades estatales y municipales, a revisar los reglamentos de construcción y edificación.

Francisco Javier Paredes Rodríguez, entonces presidente del Colegio de Ingenieros de Mexicali, explicó a LA CRÓNICA que la aplicación de los cambios en las normas técnicas, se hizo para ajustar el “coeficiente sísmico” de las edificaciones, representando probablemente un aumento del 10% ó 15% en costos.

El suelo arcilloso de Mexicali, explicó, es bastante firme para las construcciones, pero la aplicación de las nuevas normas de seguridad estructural, reforzará las edificaciones en la ciudad para los casos de sismo.

Sin embargo, factores como humedad, daños estructurales mayores o problemas de cimentación influyeron en la demolición de edificios como el que albergaba el Instituto Salvatierra, uno de Issstecali, una Iglesia en la colonia Baja California y otra del Kilómetro 47.

Impulsó modificaciones

Para Alfredo Gómez Ramírez, muchas de las nuevas normas pudieron ser impulsadas a consecuencia del sismo, a pesar de que muchas de ellas tenían tiempo en espera.

El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Baja California, señaló que el sismo del 4 de abril obligó a profundizar en temas como diseño estructural, sísmico, de cimentaciones, mampostería y diseño arquitectónico.

“Sin duda fue un parteaguas el terremoto por cuanto a preocuparnos en actualizar nuestra reglamentación y hoy en día hay grupos de trabajo en Mexicali con instancias como la Sidue, Administración Urbana, Protección Civil, que junto con Colegios desarrollan esta tarea en forma permanente”, dijo.

Respecto al incremento de costos por la mejora estructural, dijo que en realidad la obra cuesta lo que debe costar, ya que muchos de los daños se debieron a malos diseños y supervisión de obras, inadecuadas uniones o sujeciones, que era un relativo ahorro al construirlos.

“Estamos en ese proceso de adaptación a la nueva normatividad aplicada en las grandes, medianas y pequeñas construcciones, así como en la construcción en serie como la vivienda, los resultados no se ven en periodos cortos sino en mediano y largo, ya que ir rehabilitando, construyendo y haciendo nuevas obras con mayor cuidado en licencias de construcción, sitios o predios elegidos”, señaló.

Este lunes 4 de abril, para conmemorar el sismo de hace 6 años, el Gobierno del Estado encabezará un simulacro, además de que llevará a cabo un evento de Protección Civil.