Perrera de Rosarito sufre abandono y vandalismo

La desolación y el abandono se han apoderado de la Perrera Municipal, único espacio utilizado por el Ayuntamiento de Rosarito, para tratar el problema de los perros callejeros en la ciudad.

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La perrera localizada en la colonia Morelos, es el vivo ejemplo del vandalismo que hay en el lugar; los vidrios de las oficinas están rotos, las puertas literalmente arrancadas y hasta productos que semejaran ser médicos, tirados en el piso acumulando la basura, único adorno en el sitio.

Una pequeña puerta que da a la entrada de las jaulas, se encuentra tirada en el piso. En el sitio no hay nadie en ése momento, que responda al llamado, sólo se escucha el ladrar de los perros que han sido encerrados en una sola jaula, al menos cinco ejemplares, de las decenas que hay ahí.

FRONTERA dio cuenta en febrero del año pasado, sobre el vandalismo del que las instalaciones habían sido víctimas y al parecer nada se ha hecho desde entonces para reparar el inmueble y habilitarlo para ofrecer el servicio que demanda la ciudad, sin descuidar a los animales que llegan al lugar y que esperan ser adoptados antes que sacrificados o rescatados por sus propietarios.

De hecho, el pasado mes de enero se tomó protesta a diez personas que fungirán como inspectores honorarios para el control animal, pero nada se ha comentado de las ínfimas condiciones en las que opera la perrera municipal.

El regidor y presidente de la Comisión de Salud, Arturo Granado, aseguró que hay una persona trabajando en el lugar y que si bien éste ha sido vandalizado, se trabaja de forma habitual, aunque reconoció que desde hace mucho tiempo no pone un pie en el sitio para conocer o reconocer las condiciones reales en las que opera.