El volcán que nació de una bruja
El volcán de Cerro Prieto es uno de los lugares más emblemáticos de Baja California y en especial de la capital del estado: Mexicali.
Para unos es sólo parte del campo geotérmico del Valle de Mexicali que representa una millonaria producción de energía, pero para los pobladores de la etnia Cucapá es también parte de su historia.
La leyenda de este grupo nativo de Baja California cuenta que el volcán surgió de las cenizas de una bruja mala que pereció tras recibir el castigo de un valiente joven.
La hechicera vivía en una cueva muy grande situada en la parte más alta del cerro y su mayor diversión y sustento era devorar a los Cucapá.
Diario atrapaba uno de los que anduviera por los alrededores de la cueva y con gusto lo engullía.
¡Cor Ni Pa! (Ya llegaste) le decía al que parara a la entrada de su morada, luego entre bailes y cantos se acercaba poco a poco al visitante y con gran destreza lo mataba.
La cabellera cortada y desparramada a la entrada de su gruta era el signo de sus víctima.
Así, la hechicera fue comiendo uno por uno todos los Cucapá que vivían en Cerro Prieto, hasta que solo quedó una familia formada por le padre, la madre, un muchacho y una hermosa joven de larga cabellera negra.
Uno día la joven desapareció y su hermano, venciendo el miedo fue a buscarla a la cueva del la bruja, tan pronto como llegó a la entrada reconoció el largo y negro azabache pelo de su hermana.
Loco de furia juró matar a la mujer, escondió su argo y flecha cerca de la entrada y luego ingresó a la cueva para atraerla.
Cantando y danzando con giros la bruja se acercó saboreando a su presa pero el joven, aprovechando una de esas vueltas tomó sus armas y le dio un flechazo certero.
Herida de muerte cayó al suelo y comenzó a templar. El temblor de la maga comenzó a contagiar a la tierra y pronto el cerro entero comenzó a moverse.
Con la cabellera de su hermana en la mano el joven emprendió una carrera veloz para reunirse con sus padres y regresar al poco rato a prenderle fuego.
Durante tres días la dejaron arder, la tierra temblaba y ceniza y humo invadieron el ambiente de cuyo centro salio volando un tecolote.
Así, dicen los Cucapá, se formó el volcán de Cerro Prieto que antes solo era un cerro.
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