Las esferas sobre el cielo de Mexicali

Durante varias semanas, seres desconocidos que paseaban por los techos de las casas atormentaron a los habitantes de Mexicali; cada noche desaparecían animales.

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De acuerdo a la historia compartida en la página Relatos de la Noche, un joven y a su familia, cuyas identidades se desconocen, fueron los protagonistas de estos hechos en su tranquilo vecindario de la capital bajacaliforniana.

En la calle donde vivía las situaciones paranormales eran, irónicamente, normales, sin embargo, esta tiene un especial recuerdo en su memoria.

Los hechos que se suscitaron durante cerca de un mes movieron los cimientos de la comunidad, provocando pánico, caos y un afianzamiento de la fe para sobrellevar la situación.

Todo inició un lunes por la tarde, cuando los niños y adolescentes jugaban en las calles y los adultos iban llegando del trabajo.

Entre ellos estaba él cuando de repente en el cielo había una esfera sobrevolando la calle, suspendida en el aire como por arte de magia.

La describen como un objeto que parecía tener ventanas y que provocaba un inevitable sentimiento de anormalidad que generó miedo entre los presentes.

Era imposible no detenerse ante el objeto tan imponente, mismo que seguía causando confusión entre quienes salían de sus casas para observar lo que sucedía.

De repente, el objeto desapareció, sin alejarse, solamente se desvaneció del mismo lugar donde se le vio surgir.

No era la primera vez que esto ocurría, por lo que los vecinos comenzaron a hablar sin parar de ello y tomar medidas.

Las noches pasaron cuando de repente, en medio de la tranquilidad, una mujer gritó, alertando a todos los vecinos.

Decenas de esferas con luces se suspendían en el cielo nocturno frente a los ojos de los niños, jóvenes, ancianos y demás.

En ese momento se escuchó una gran explosión, que aunque lejana, se sentía que provenía de las entrañas de la tierra.

A la mañana siguiente los vecinos ya habían tomado precauciones, cubriendo ventanas y resguardándose al interior de sus hogares.

Cayó la noche, los perros estaban inquietos, pero los vecinos lo estaban más.

Sin observar nada, comenzaron a escucharse pasos en los techos de las casas.

Parecía que había personas saltando de hogar en hogar, se escuchaban tres seres golpeando y posteriormente corriendo.

Nadie vio nada, pero a la mañana siguiente había desaparecido uno de los perros del vecino.

Durante las semanas siguientes estuvieron ocurriendo situaciones similares, desapariciones de mascotas y animales de todo tipo atormentaban a las familias.

Algunos decían que eso ya había ocurrido antes, las apariciones que se hacían presentes durante periodos cortos; después se iban, pero siempre regresaban.

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