'Siento que algo muy malo me va a pasar'
HISTORIA DEL PADECIMIENTO
“Pedro” es un hombre de 38 años de edad; solicitó consulta siquiátrica por primera vez porque había tenido varios episodios muy desagradables donde sentía que se iba a infartar; ya había acudido con varios médicos, le hicieron algunos estudios y le dijeron que todo estaba normal, también acudió con una sicóloga quien fue la que le sugirió una valoración siquiátrica.
“Pedro” acudió acompañado de su esposa; pero entró solo a consulta. Relató que la primera vez que se sintió mal fue tres meses previos a la consulta; estaba preocupado por actividades de su trabajo que estarían a cargo de alguien más, mientras él salía de vacaciones, además estaba preocupado que lo “fuera a dejar el avión”; al estar en la fila para documentar empezó a sentir desesperación, sentía que el corazón le latía muy rápido, y una opresión en el pecho que le dificultaba respirar, además empezó a sudar y a temblar; tuvo el presentimiento que algo malo iba a suceder, “lo primero que pensé es que me iba a dar un infarto”.
Posteriormente acudió con un médico quien le solicitó varios estudios; los cuales fueron reportados en límites normales; a pesar de esos resultados se seguía sintiendo mal, incluso con mayor miedo de que le volviera a pasar o que tuviera algo muy grave o raro que los médicos no habían encontrado aún qué fuera.
En el trascurso de los días tuvo otros episodios similares, donde algunas veces además de lo descrito anteriormente, tenía dolor abdominal y náusea; y aunque estos eventos duraban solo unos minutos, a él le parecían eternos, acudió incluso con un cardiólogo porque estaba seguro que le iba a dar un infarto, pero después de varios estudios, le dijo lo mismo que el resto de los médicos: Que todo estaba normal y que probablemente era estrés y le sugirió acudir con una sicóloga.
Cada día se sentía más incapacitado para trabajar y hacer sus actividades diarias, ya no manejaba, lo llevaban de un lado a otro porque tenía miedo de que algo le pasara y nadie le ayudaría, o de provocar un accidente. Cuando acudió con la sicóloga, esta le explicó que además de la sicoterapia tenía que acudir con un siquiatra, ya que probablemente necesitaba tomar algunos medicamentos.
“En ese momento solo pensé que mi miedo de volverme loco era real y por eso me mandaban con el siquiatra”.
ANÁLISIS ?DEL CASO
“Pedro” padecía un trastorno de ansiedad llamado Ataques de Pánico. Se le prescribió un antidepresivo y un ansiolítico, además continuó con sicoterapia. Los episodios de ansiedad cada vez fueron menos frecuentes y menos intensos, poco a poco empezó a hacer sus actividades diarias y a manejar.
La ansiedad es un estado emocional displacentero que se acompaña de cambios físicos y sicológicos. A diferencia de la ansiedad relativamente leve y transitoria causada por un evento estresante, los trastornos de ansiedad son crónicos y pueden empeorar si no se los trata, se consideran patológicos por su presentación irracional, ya sea porque no hay un estímulo que lo provoque, porque la intensidad es excesiva o la duración es muy prolongada, generando disfunción en la persona que la padece. También pueden observarse junto con otras enfermedades mentales o físicas, incluyendo abuso del consumo de alcohol o sustancias, lo cual puede enmascarar los síntomas o empeorarlos.
El malestar y la sensación de peligro del ataque de pánico son tan intensos que a menudo las personas creen que están teniendo un ataque al corazón u otra enfermedad que amenaza la vida. Algunos de los síntomas pueden incluir palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado, sudoración, temblor, sensación de falta de aire o ahogo, dolor en el pecho, náusea o malestar abdominal, mareos, desmayos, escalofríos, miedo a morir, a perder el control o a volverse loco, entumecimiento o sensación de hormigueo, sensación de que lo que está pasando no es real o sentirse ajeno a sí mismo.
Los pacientes frecuentemente presentan “ansiedad anticipatoria”; una preocupación ante la posibilidad de reaparición de los ataques. También pueden presentar conductas evitativas, ya que creen que son incapaces de cuidarse durante un ataque de pánico.
Se sugiere que existe un factor genético para la predisposición a desarrollar ataques de pánico, lo que hace al individuo vulnerable a los trastornos de ansiedad; se ha reportado que hasta un 60 a 96% de los casos se han identificado acontecimientos estresantes, los cuales precipitan la crisis. La prevalencia en México de los trastornos de ansiedad a lo largo de la vida es de 14.3%, siendo éstos los más frecuentes de todos los trastornos mentales. También se ha observado que los ataques de pánico tienen una prevalencia mayor en las mujeres que en los hombres.
Si usted o algún familiar padecen Ataques de Pánico es muy importante buscar ayuda con profesionistas especializados. En el Hospital de Salud Mental se cuenta con un equipo de médicos especialistas en siquiatría y psicólogos clínicos para tratar este trastorno.
Estos casos están basados en historias reales, pero los nombres y datos personales han sido modificados, la intención es apoyar a aquellas personas que se identifiquen con ellos.
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