El pasaje secreto de la Secundaria 2 de la col. Libertad
Las almas de los no nacidos abandonados en un túnel atormentan a aquellos que han intentado ingresar por décadas al pasadizo secreto de la Secundaria Número 2 en la colonia Libertad.
La Secundaria Leyes de Reforma tiene más de 40 años como escuela pública, sin embargo la historia cuenta que durante años fue dirigida por la iglesia católica.
Hasta hoy en día la 2 conserva un edificio muy antiguo, mismo que tiene un teatro que continúa utilizándose cada año para las ceremonias escolares.
Todas las generaciones que han pasado por la escuela conocen bien la leyenda del túnel que conecta el teatro con la iglesia católica que se encuentra cruzando la calle.
No son pocos los que concuerdan que en ese pasillo, ahora clausurado, ocurren cosas extrañas y tenebrosas, que a más de un estudiante han dejado petrificado del miedo.
Las siluetas de los muertos
Gabriela estudió hace varias décadas en la Leyes de Reforma y recuerda latente las historias que rodeaban al misterioso pasaje.
Un aire helado recorre su cuerpo cada que intenta recrear los hechos que le ocurrieron años atrás al intentar ingresar al pasillo con sus amigos en un día de clases.
No había nada extraordinario en esa tarde en la que decidieron aventurarse, dice, pero un sentimiento extraño les decía que debían comprobar la existencia del pasadizo clausurado.
Con pasos lentos, se escabulleron silenciosos al teatro buscando la puerta del cruce que pasa por debajo de la calle.
Cuando encontraron el acceso estiraron las manos para empujar las tablas, todos dudosos de lo que habría del otro lado.
El clásico sonido de la madera vieja moviéndose se hizo acompañar del eco del teatro, enchinando la piel de los adolescentes.
Finalmente se encontraron con un pasillo totalmente oscuro que les recordaba épocas antiguas y poco a poco emprendieron el paso.
Lo que presenciaron jamás se borrará de sus memorias, pues a unos metros alcanzaron a distinguir las siluetas de fetos que habían permanecido allí durante años.
Horrorizados, trataron de regresar con pasos entorpecidos por el pánico que los había invadido y al salir no volvieron a hablar de lo que vieron entre las sombras.
La historia cuenta que los fetos fueron abandonados en el pasadizo cuando el edificio formaba parte de una escuela manejada por monjas.
Nadie sabe quién los dejó allí o qué ocurrió con las madres que los engendraron en sus vientres.
Los vecinos de la colonia han cambiado, las generaciones han pasado y los nuevos estudiantes no conocen la leyenda a menos de que algún familiar les haya contado.
Otros cuentan que al intentar ingresar al pasaje para corroborar el mito de los no nacidos han quedado encerrados en su interior de manera inexplicable, provocando la huida antes de ver cualquier cosa.
Es imposible saber quién inició la historia o descubrió la verdad que por mucho tiempo han ocultado las paredes del pasillo al que nadie debería entrar.
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