‘Mi hija come de manera compulsiva’
HISTORIA DEL PADECIMIENTO
“Julia” es una adolescente de 16 años de edad, originaria y residente de la ciudad de Tijuana, es estudiante de preparatoria y vive con ambos padres y dos hermanos mayores.
Acudió a consulta siquiátrica de primera vez por sugerencia de una sicóloga que la había estado tratando por varios meses, ya que no había tenido una mejoría significativa en la manera en la que comía, a decir de la madre “compulsivamente”.
Al realizar la historia clínica, se identificó que desde la infancia “Julia” había tenido sobrepeso, la madre no se explicaba el porqué, ya que ella procuraba que en la casa hubiera comida “sana”, incluso no le daba dinero para que se llevara a la escuela para que no comprara comida chatarra.
Pero después descubrió que su esposo le daba dinero a escondidas para que se comprara lo que quisiera o cuando la llevaba a las actividades extraescolares pasaban a comprar hamburguesas, pizza o helados; por tal motivo los padres discutían mucho.
El padre de “Julia” comentó que siempre le pareció que su esposa exageraba con la comida y que su hija si bien tenía un poco de sobrepeso, no consideraba que debería de ponerla “a dieta”. También refirió que su esposa le decía muchos comentarios a su hija como “¿qué no ves que si te pones gorda se van a reír de ti?” o “si estas gorda te puede dar un infarto”.
Cuando se interrogó a “Julia” a solas, confesó que desde la edad de 10 años comía a escondidas la comida que su mamá consideraba “chatarra” porque tenía miedo que la regañara, y con el paso del tiempo fue aumentando.
Se sentía muy culpable al comer, pero sentía que no podía parar aunque ya se sintiera “llena”; en las noches solía esperar a que todos estuvieran dormidos y entonces buscar en el refrigerador o en la alacena cosas que pudiera comer sin que nadie la viera. También compraba cosas en la calle y las escondía en su cuarto para comerlas.
Cuando su madre se dio cuenta la llevó con un nutriólo go, el cual le sugirió además terapia sicológica. La sicóloga les dijo que además del problema del comer compulsivo, también tenía una depresión crónica, por lo que sería conveniente que lo viera un siquiatra. Se les recomendó tratamiento con un medicamento y terapia individual y familiar.
Los objetivos fundamentales en el tratamiento individual fueron la reducción de la frecuencia de los atracones y la disminución de la cantidad de alimentos que se ingería en cada uno de ellos.
ANÁLISIS DEL CASO
El trastorno por atracón aparece en un 30% de los pacientes que están en programas para perder peso y en un 2-5% en la población general. Es más común en mujeres jóvenes con sobrepeso.
Se ha observado que quien lo padece puede presentar una obesidad importante, fluctuaciones en el peso, grandes difi cultades para perder peso y mantener el peso perdido. La ingesta de comida es mayor en la alimentación diaria y en los atracones, fundamentalmente de grasa, dulces y comida rápida (a diferencia de la bulimia nerviosa que aumenta el consumo de todo tipo de comida y principalmente ocurre en los atracones).
Las personas que tienen este trastorno realizan los atracones manifestando algunas de estas características: Comer más rápido de lo normal, haciéndolo hasta que se sienten incómodamente “llenos”; comiendo mucho aun no sintiendo hambre; comiendo solos por la vergüenza de que los demás vean cómo comen; o sintiéndose mal y culpables tras el atracón. Para tener un cuadro completo, los atracones deben ocurrir al menos una vez a la semana durante tres meses, y vivirse con estrés e insatisfacción con sí mismo.
Algunas característi cas de los pacientes con trastorno por atracón son un mayor deterioro en el trabajo y funcionamiento social, exceso de preocupación por el cuerpo y/o la figura y el peso, una importante cantidad de tiempo de la vida adulta haciendo dieta, historia de depresión, abuso de alcohol y/o drogas, tratamiento por problemas emocionales, historia de obesidad severa, inicio precoz del sobrepeso e inicio temprano para hacer dietas.
La mayoría de los investigadores hablan de la importancia de la restricción dietética como potenciador de los atracones, otros autores describen a estos pacientes como impulsivos con poca capacidad para controlarse siendo en este caso los atracones un síntoma de un descontrol de impulsos; también se ha encontrado antecedentes de repetida exposición a comentarios negativos sobre su figura/peso y comida, personalidad perfeccionista y una autovaloración negativa.
En el tratamiento se pueden utilizar tanto algunos medicamentos como terapia interpersonal y cognitivo conductual. En el Hospital de Salud Mental se cuenta con un equipo de médicos especialistas en siquiatría y sicólogos clínicos para el diagnóstico y tratamiento del trastorno por atracón.
Mirna Trancoso Hernández
Directora médica del Hospital de Salud Mental de Tijuana
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Tel: (664) 607 9090
www.hospitalmentaltijuana.com
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