Bombero de Rosarito se jubilará pero seguirá como voluntario

Rosarito BC.- Se deja el corazón, resume Armando Mejía Morales, bombero de Rosarito que en unos meses se jubilará. Él fue víctima de la violencia hace casi dos décadas cuando una bala perdida lo postró en silla de ruedas, pero eso no lo limitó para seguir sirviendo en la estación de los tragahumo.

Su tarea desde entonces ha sido apoyar a sus compañeros desde la estación de monitoreo para despachar las unidades, labor vital para el trabajo de los bomberos, su segunda casa. Por eso, aunque al iniciar el próximo año se jubilará, asegura que lo más probable es que regrese a ser voluntario, porque afirma: “el traje de bombero se lleva en la piel, pero más en el corazón”.

Recuerda que en 2008 su vida cambió tras una balacera ocurrida en la zona de Los Arenales, donde hubo varios muertos. Él se encontraba disfrutando su día de descanso en el lugar cuando ocurrió la tragedia. Pensó que moriría.

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Sigue adelante

Desde entonces perdió la capacidad de caminar, pero no el coraje de seguir adelante, gracias al apoyo de su familia y de sus compañeros, que siempre han estado al pendiente no solo en esta etapa, sino a lo largo de los casi 30 años que tiene como sindicalizado. A esto hay que sumarle varios años más, pues como todos comenzó como voluntario.

Recuerda que en aquel entonces trabajaba como mesero en el Hotel Rosarito y una persona lo motivó para enlistarse como voluntario en los bomberos, trabajo que literalmente lo atrapó porque aquí solo se trata de ayudar sin mirar a quién.

Este Día del Bombero, los tragahumo festejaron desde los primeros minutos de este viernes con una serenata. Después se llevó a cabo una misa religiosa, una visita al panteón y a la playa para depositar flores a quienes se adelantaron en el camino.

Luego disfrutaron de una comida en la estación de bomberos, donde además se entregaron incentivos económicos tanto del Ayuntamiento como del Gobierno del Estado.