Avanza la propuesta de los Jueces sin Rostro
“Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.” Francisco de Quevedo

Parece que ya hay una luz al final del túnel en este tema. El Senado finalmente fijó el mes de febrero del 2026, para la discusión y votación del dictamen que incorpora la figura de “jueces sin rostro” en reformas al Código Nacional de Procedimientos Penales y la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Se trata de una reforma que busca proteger la identidad de los juzgadores que resuelven temas delicados como el de narcotráfico y es una propuesta impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, lo cual garantiza que le darán la atención que merece el tema.
Se dice que esta figura nace en Italia en 1960, con objeto de utilizarla para juzgar a las mafias locales y proteger a los juzgadores de posibles represalias en su contra. Más adelante se adoptó en países de América Latina como Perú, Colombia y El Salvador, con objeto de juzgar a narcotraficantes y miembros de pandillas y proteger a los juzgadores.
Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional han documentado algunos abusos de estas figuras al violar el principio de la imparcialidad de los juicios y condenar injustamente a lo que llamaron “presos de conciencia”.
Es una figura, que en algunas legislaciones, se utiliza para proteger la identidad de los juzgadores frente a casos de gran peligrosidad, especialmente los relacionados con el crimen organizado para “preservar su seguridad”. Sin embargo, como en muchos casos, hay detractores que todo lo tergiversan y es el caso de varias ONGs que han señalado que esta práctica va en contra de los Derechos Humanos, al declarar que en todo momento, la persona que está siendo juzgada, tiene el derecho de conocer quién lo irá a condenar y evidentemente ponerlo en riesgo tanto su vida como sus bienes.
Al día de hoy hemos visto como diversos funcionarios públicos, desde alcaldes, secretarios de seguridad estatales y desde luego algunos integrantes de los poderes judiciales a lo largo y ancho del País, han perdido la vida por toparse integrantes de peligrosas mafias que los asesinan sin miramiento alguno.
Frente a esta terrible realidad, se hace necesario blindar a los juzgadores que arriesgan la vida por proteger a toda una comunidad de peligrosos delincuentes y por ello, la propuesta de implementar esta figura en México, se debe analizar con toda objetividad.
Sus detractores consideran que esta figura puede provocar daños al perjudicar a determinados personajes, sin embargo, toda norma jurídica puede ser perjudicial si no va acompañada de principios éticos y de una gran imparcialidad, por lo que la figura de jueces sin rostro no es el problema, lo es la corrupción que puede imperar en un sistema judicial. No ataquemos la figura, cuidemos de su correcta aplicación.
Considero que con una adecuada aplicación, basada en principios de legalidad y de justicia, se lograrían grandes beneficios a la hora de juzgar a las grandes mafias que azotan a nuestro país. Así como se borran los rostros de los policías que presentan ante los medios de comunicación a peligrosos delincuentes y nadie argumenta violación a los derechos humanos, así también los jueces sin rostro pueden contribuir a un clima de justicia sin miedo a represalias.
- *- El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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