Turbulenta Navidad

Los memes de Trump como Grinch son más actuales que nunca. La nochebuena, la noche de paz, estará arruinada por su gobierno en el resto del mundo. La mención a una tercera guerra mundial es constante, paradójicamente Trump está convencido que él ha resuelto guerras, dice que ocho. Hay dos locuras que me asustan mucho pensando en la humanidad. Una, es la certeza de los gobiernos de la UE que Rusia quiere invadirlos, lo último que quiere Putin sería hacerse cargo de la deteriorada Europa actual. Que Rusia quiere seguirse derecho hasta Gibraltar tiene una forma tipo paranoide, la realidad es interpretada como que está en contra de uno, no lo ven, pero lo saben, o eso creen. La realidad es que la guerra en Ucrania es un asunto local entre rusos, hasta que la OTAN decidió salvar a Ucrania. Me recuerda la guerra civil española que sirvió de escenario para probar las armas nazis, en víspera de la segunda guerra mundial. Así vemos un despliegue de tecnología bélica con avances constantes, generando misiles imparables que significan que ahora sí basta una orden para echar una bomba nuclear sin fallar en el lugar preciso. Los países fronterizos con Rusia se alarman ante un dron no identificado, esperando ataquen los rusos cualquier día, parece que están muy convencidos de que el próximo año Putin los atacará. Se suman los europeos a la carrera armamentista invirtiendo en la preparación de una guerra, en lugar de centrarse en el desarrollo de sus pueblos. No sé qué tienen en mente en realidad, pero parece una locura. La otra es la certeza del gobierno vecino que el mundo los ha explotado y ahora recuperarán lo que supuestamente les hemos robado. Ante Venezuela hay la certeza delirante de ser una principal fuente del narcotráfico, justificando frente a los ojos del mundo bombazos a lanchas pesqueras, traigan lo que traigan, y si alguien queda vivo, rematarlo. La tramposa idea de que el petróleo era de los americanos, y sí fue, pero robado. Ya desde antes de Hugo Chávez se había nacionalizado el petróleo, de manera negociada y ordenada, ahora lo quieren “de regreso”. La sensación de que el mundo es malvado y hay que tratarlo con la amenaza de aranceles, se victimiza en victimario. Esta temporada navideña está permeada por la inestabilidad mundial, sin paz por la incertidumbre ante lo que parece una bomba de tiempo. Las ideas locas que comparten millones son muy peligrosas, así ha sido la historia del mundo, la diferencia ahora son las armas de destrucción masiva imparables, la primera sería el principio del final. “La paz no puede mantenerse por la fuerza; solo puede lograrse mediante la comprensión”, Albert Einstein. Feliz Navidad.

• *- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.