El año de Trump

Ya se acabó el año, ya estamos en diciembre, vaya año. Hacía mucho que un gobierno, el estadounidense en este caso, alteraba globalmente. Más extraordinario aún si ese emperador o presidente tiene un trastorno de la personalidad, el actual me evoca a Nerón, emperador que no quemó Roma en realidad, pero hizo mucho daño y gozaba de cierta popularidad, un narcisista. La empatía, de por sí, tiene que estar contenida en los políticos, pero tener nula empatía es un rasgo con características sociopáticas. Vanidoso y en el fondo inseguro, su necesidad de ser el número uno es una obsesión individual que impacta al mundo. La reciente llamada filtrada incluye el consejo de que el secreto es adularlo, nuestro país ha sabido llevar con mesura los embates de este año, otros países han caído en la provocación y otros francamente se le han enfrentado. El cinismo es otra característica, puede cambiar de posición

de un día para otro, quien ayer era mi enemigo hoy es mi amigo, y viceversa, así trae al mundo. Finalmente, un jugador de póker, la estrategia es diferente a quien tiene la mentalidad de ajedrecista, como Putin, o de Go como Xi Jinping. Engaña y se mueve mejor en río revuelto, sale con indiferencia ante las evidencias de sus contradicciones y excesos, mientras esté en el centro del mundo va bien. Sus mecanismos de defensa se hacen evidentes en todos sus discursos cuando sale unos instantes del teleprónter, su recurso de ser el mayor o mejor del mundo, en tal o cual cosa, es frecuente. Más allá de que responde a los intereses del llamado estado profundo, es su personalidad un factor determinante. Anticipo estará peor el próximo año cuando necesitará demostrar poder ante los suyos, usando a los que pueda como piñata. Peor aun estará cuando pierda la mayoría en las elecciones intermedias en noviembre, todo indica que no tendrá suficientes asientos como para poder seguir el mismo estilo. La frustración es terreno fértil para exabruptos en este tipo de forma de ser, hay que aguantar y jugar Go con mentalidad de ajedrecista ante alguien con mentalidad y conducta de póker, hasta el mediodía del 20 de enero del 2027. Acabando el año y ya envueltos en un torbellino internacional, es momento de unidad, siempre recordar que la última intervención de los vecinos en nuestro territorio nos costó más de la mitad del país. La presidenta evoca a Kalimán, el hombre increíble, diciendo “serenidad y paciencia… mucha paciencia”. Nos tocó el “bully” del salón justo en el asiento de atrás, más vale darle por su lado que confrontarlo. Bastante tenemos con la batalla al crimen organizado y tener que poner buena cara ante algún zape.

• *- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.