Las cajas chinas del bienestar
Recuerdo muy bien la Presidencia de Carlos Salinas de Gortari.

Recuerdo muy bien la Presidencia de Carlos Salinas de Gortari. Más allá del fraude que lo llevó a Los Pinos —una herida que nunca terminó de cerrar—, a muchos nos hizo creer que México podía asomarse al primer mundo. Y quizá lo habríamos logrado, de no haberse atravesado la terca realidad: sin un acuerdo político de fondo y sin un programa serio para sacar a millones de la pobreza, cualquier sueño se vuelve propaganda.
Pero Salinas sí dejó un legado que hoy florece con más fuerza que nunca: la idea de que un gobierno puede comprar cariño político a través de programas sociales. “Solidaridad” fue la antesala del “Bienestar”, sólo que ahora está hipertrofiado, convertido en la máquina más aceitada de control emocional y electoral del país.
Hay una entrevista de AMLO cuando presidía el PRD que hoy vale oro. Ahí lo dice sin rodeos: el nuevo fraude electoral consiste en “comprar voluntades” con ayudas sociales eternas. Y es justo lo que vivimos. No cambió la estrategia; solo se perfeccionó.
Por eso no sorprende que, ante el creciente descontento social, el gobierno federal dedique más energía a fabricar distractores que a resolver problemas. Es un manual. Un guion viejo, pero eficaz: cuando la corrupción crece, se cambia el tema. Cuando la violencia se desborda, se cambia el tema. Cuando falta rumbo, se inventa uno falso.
La Presidente lleva ya diez días enteros hablando, conferencia tras conferencia, de los jóvenes que organizaron las marchas del 15 de noviembre en 50 ciudades del país. Diez días. ¿Por qué tanto? Porque la asustó el apoyo que recibieron las causas ahí expresadas. Y porque ese escándalo fue un pretexto perfecto para no hablar de lo que sí debería quitarle el sueño: la infiltración del narcotráfico en su gobierno y sus funcionarios cercanos.
Mientras tanto, la violencia sigue cobrándonos vidas como la del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, pero nosotros, obedientes al guión oficial, terminamos discutiendo la Miss Universe del Bienestar. La corrupción en obras públicas es obscena, pero nos entretienen con el Mundial de Futbol 2026 como si eso pavimentara calles o diera seguridad.
En Baja California, los problemas de agua, energía, bacheo y servicios básicos se apilan sin respuesta… pero el debate público gira alrededor del divorcio de la Gobernadora. El espectáculo es más importante que el servicio. Pan y circo, pero cada vez con menos pan.
Lo repito siempre: los funcionarios pasan. Electos o designados, brillen o hagan el ridículo, terminan marchándose y los olvidamos rápido. Lo único permanente somos nosotros: quienes vivimos aquí, trabajamos aquí, criamos hijos aquí.
Y por eso debemos insistir en lo esencial: ningún distractor, ningún escándalo prefabricado, ninguna narrativa diseñada para manipularnos debe alejarnos de lo que realmente importa. Exigir servicios públicos dignos, un gobierno que funcione y un país que avance.
Eso es lo mínimo.
Y para eso les pagamos.
*- El autor es un opinólogo tijuanense enamorado de su ciudad.
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