Cómo interpretas la realidad
“Empieza donde estás, usa lo que tienes, haz lo que puedas”, Arthur Ashe.

Lo que hace a una persona optimista o pesimista es que interviene un 30% la genética, además de otros factores. Lo que también es válido un concepto de la felicidad que dice que depende de la interpretación que hacemos de la realidad.
VEAMOS…
Eres gerente de ventas de una empresa y un día logras una venta grande, y ese mismo día expulsan a tu hijo de la escuela por indisciplinado… no sentirás lo mismo si ese día te avisan que formas parte del recorte de la empresa.
Acorde con Marian Rojas, hay tres criterios que nos ayudan para definir si un hecho es bueno o malo. El primero es nuestro sistema de creencias, lo que consideramos debe ser bueno en nuestra vida, las expectativas que tenemos en la misma. Si nos pasa algo contrario a ellas lo consideramos malo.
Un segundo criterio será nuestro estado de ánimo. Si estamos contentos o desanimados, si angustiados o exultantes, etc.
Y un tercer criterio será una zona del cerebro que tiene un nombre complicado, pero un efecto mágico en la vida: Sistema reticular ascendente activado. Esta zona del cerebro hace que si nos importa algo lo empezamos a ver donde sea, el ejemplo típico es el de la mujer embarazado que empieza a ver carritos de bebé por todas partes, o te interesa comprar un carro y lo observas cada dos calles, o buscas trabajo en tal parte y empiezas a ver anuncios de empleos.
OPTIMISMO
La relevancia de procurar tener una mente optimista es que tiene un impacto positivo en algunas áreas tales como la salud. Si tu expectativa es de buena salud es muy probable que lo logres, acompañado de buena alimentación, ejercicio y cuidado físico. Entre los enfermos de cáncer es muy diferente los resultados entre los con optimismo enfrentan la enfermedad a los que no actúan de la misma manera.
El optimismo debe ser realista, ya que también existe el extremo. No me va dar Covid por lo tanto no me ocupo de la higiene personal ni me pongo vacunas ni me atiendo los síntomas de enfermedad respiratoria, esto sería una imprudencia. También existe un pesimismo defensivo, esto consiste en esperar lo malo para que si ocurre lo bueno la alegría sea mayor…
El problema de este pesimismo es que si ocurre algo extraordinario no se alcanza a captar, y por lo tanto no produce el gozo que debiera.
CONCLUSIÓN
Necesitamos agarrarnos de lo bueno, si por ejemplo nos pasan la estadística de que 30% de las personas tendrá algún tipo de cáncer, y vamos a una cena de cuatro personas pensando que una de ellas tiene cáncer, sería muy arduo vivir así. Todos tenemos un dolor, un pesar, algo difícil en nuestro vivir cotidiano, y es mucho mejor enfrentarlo con optimismo: Una cita de negocios, un examen, una prueba médica, etc. y si las expectativas son positivas la probabilidad de que así sea se incrementa. Y si son negativas buscaremos lo positivo de las mismas, y eso contribuirá a recuperar el optimismo. ¿Te late, estimado lector?, ¡feliz domingo!
- *- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.
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