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Mexicali Rose: la otra historia por contar

Para entender nuestra historia, hay que excavar hondo, profundizar más allá de lo ya dicho y expresado por anteriores historiadores.

Gabriel  Trujillo

Para entender nuestra historia, hay que excavar hondo, profundizar más allá de lo ya dicho y expresado por anteriores historiadores. No repetirlo sino ponerlo a prueba para ver si resiste los nuevos datos, para ver si obtenemos una versión inédita de una historia que, de tan conocida, resulta que es a lo más una mentira que entre todos nos contamos. Todo esto viene a cuento porque veo que los cronistas mexicalenses siguen copiando la misma historia sobre los orígenes de la famosa canción dedicada a la ciudad: Mexicali Rose y ponen aún la fecha de su creación en 1923. Hoy en día, con la información hemerográfica disponible, podemos señalar que el proceso creativo de esta canción que se compusiera en un cabaret de Mexicali, tiene muchas noticias que se han pasado por alto, muchos acontecimientos que se han hecho a un lado.

Lo primero que hay que decir es que no fue 1923 el año de su creación. Este mito vino de que muchos melómanos la oyeron por primera vez en ese año, cuando se grabó por vez primera y se difundió por la radio, a lo largo y ancho de los Estados Unidos, hasta volverse un disco de gran éxito. ¿Cuál es entonces su origen creativo? Veamos su historia siguiendo su aparición en los periódicos de la época para percatarnos de cómo fue desarrollándose frente al público de la frontera.

Así, en el Calexico Chronicle del 10 de octubre de 1922 aparece la primera mención de Mexicali Rose, donde se notifica que: “La reciente canción, Mexicali Rose, causó un gran éxito cuando se tocó por primera vez en el Cabaret Imperial, Mexicali, el sábado pasado por la noche. Mexicali Rose fue compuesta por el Imperial Jazz Band Trio, todos ellos experimentados promotores de espectáculos. Frank Mack hizo el arreglo. Mack es baterista y también un célebre solista de saxofón, que ha tocado en todos los principales circuitos de vodevil del país”. Pero el 11 de octubre, la información se precisa: “Mexicali Rose, la nueva canción éxito en el cabaret Imperial, ha demostrado ser tan popular que sus autores planean registrar los derechos de autor de la producción y colocarla en el mercado. El Chronicle declaró ayer que había sido compuesta por el Imperial Jazz Trio. Desde entonces se ha sabido que la música fue escrita por Jack B. Tenney, y la letra por Helen Stone”.

Esta información es valiosísima: nos dice que el estreno de Mexicali Rose se da el sábado 7 de octubre de 1922 en el Cabaret Imperial y que, desde un principio, ha sido un éxito entre el público. Y es importante porque en los libros de historia de los cronistas locales se habla de que fue compuesta en 1923, incluso en alguna declaración del propio Tenney en sus últimos años de vida así lo afirma, cuando en realidad su creación y estreno en vivo se sitúa un año antes. Otro dato que no se debe olvidar: décadas después, Tenney, su compositor, ya siendo senador de ideas conservadoras en California, dijo que esta canción la dedicó a una señora de edad que lloraba en el cabaret donde su banda musical tocaba. Pero todo indica que la musa de Mexicali Rose es una flapper de alto riesgo, Rose Erskine, que en febrero de 1922 había sido atrapada en una operación de contrabando de drogas, una corista del cabaret Imperial que tiene cargos al otro lado como cómplice de tal delito. Algo que, en el caso del Tenney viejo, no concuerda con su imagen de político en pro de los valores morales del partido republicano.

Aquí lo importante es constatar un dato importantísimo, de gran valor: el que los primeros en escuchar Mexicali Rose fue la gente que acudía al Cabaret Imperial en los sótanos del hotel Imperial, a pocos pasos de la línea fronteriza. Este recinto estaba centrado en atender una clientela de alto rango social y político. Se podía comer y al mismo tiempo ver un espectáculo que incluía coristas, bailarinas y músicos que ofrecían conciertos de calidad, donde abundaba la música que, en la década de los años veinte, era la preferida de la audiencia -conformada mayoritariamente por estadounidenses y mexicanos acaudalados-: el jazz bailable. En ese marco, con ese público, fue estrenada Mexicali Rose, que pronto se convirtió en un éxito internacional de la mano de orquestas y cantantes de todo tipo. Pero falta otro misterio por resolver: el de la Rosa misma.

*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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