Parafernalia
Navegando por aquí y por allá del inconmensurable espacio de Internet -y sin decirme “ahí te va”- emergió el concepto paraphernalia (en inglés del Reino Unido).

Navegando por aquí y por allá del inconmensurable espacio de Internet -y sin decirme “ahí te va”- emergió el concepto paraphernalia (en inglés del Reino Unido), el cual presenta una mínima diferencia de la palabra en castellano; ya que tan solo las letras “pe” y “hache” sustituyen a la “efe” de nuestra parafernalia. Vocablo que apenas ingresó en 1989 al diccionario de la Real Academia. Sin embargo, su origen es muchísimo más remoto y su prosopopéyica etimológica es muy diferente al aparatoso significado que actualmente le damos a la estrepitosa palabra que hoy estoy desmenuzando...
Dentro de las iglesias de la religión católica se conjuntan cálices, estatuas, figuras e imágenes; además de quemar incienso, llevar vestimentas fastuosas y tocar música en órganos de fuelles y tubos que acompañan a coros de voces celestiales en beatificantes ceremonias que se convierten en místicas parafernalias.
También, ante aquello que presenta muchas dificultades para realizarse, en sentido irónico se dice que es toda una parafernalia. Así, por ejemplo, cuando para ingresar a una actividad, evento u organismo se exceden los requisitos más de la cuenta y se piden santo, seña y hasta el bendito haciendo tortuoso y extremadamente molesto el proceso.
Si me meto al terreno de las patadas, en un clásico entre acérrimos rivales, cito
a dos irreconciliables: América contra Guadalajara. Los estadios de unos y otros se convierte en escenarios de apasionadas parafernalias entre banderolas, camisetas, cornetas, estandartes, globos, gorras, silbatos, tambores y -sobre todo- gritos y porras desafordas.
O, si me cuelo al escenario artístco-musical, no puedo dejar de mencionar al rey del taconazo, al norteñisimo y muy popular Eulalio González mejor conocido como “El Piporro”. Actor, cantante, comediante, director y productor de un sinnúmero grabaciones discográficas; quien además fue uno de los primeros en tratar cinematográficamente el tema de los indocumentados quienes buscando alguna oportunidad de trabajo cruzan la frontera como braceros ilegales, rudo fenómeno socio-económico del que “El Piporro” decía: “¡Ah qué parafernalia esta, mi raza!”
Inmersos en abrumadora parafernalia informática, la comunicación vía Internet tanto puede facilitar como complicarlo todo; dando un simple clic, las redes sociales pueden acercar lo mismo que alejar a las personas con mensajes tan oportunos como todo lo contrario. Los celulares son indiscretas cámaras que captan parafernalia y media.
LA PALABRA DE HOY: PARAFERNALIA
Del griego parápherna que se integra con pará que significa “junto a” o “al margen de” y pherna (ferna) que se refiere a “dote matrimonial”. Así llega hasta la Antigua Roma, para referirse a los bienes que la mujeres conservaban como propios dentro del matrimonio; a diferencia de la dote que recibían de parte de sus esposos...
Con el tiempo el significado de parafernalia evolucionó a conjunto de aparatosos elementos para la celebración de singulares ritos místicos o religiosos...
Hasta llegar a la conceptualización de algo aparatoso, estridente, exagerado, llamativo, lujoso y pomposo que con frecuencia se convierte en un animado fandango, sonora pachanga o tremendo relajo; o sea, mi raza, en toda una parafernalia.
- *- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.
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