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Un 2026 de ajustes fiscales y desafíos para la industria de la construcción dependiente

El panorama fiscal para 2026 se vislumbra desafiante para el sector de la construcción en Tijuana.

Elmer Peña Ruvalcaba

El panorama fiscal para 2026 se vislumbra desafiante para el sector de la construcción en Tijuana, particularmente por las nuevas disposiciones tributarias y los ajustes en materia de comprobación fiscal que están en puerta.

Estos cambios, aunque buscan fortalecer la recaudación, podrían incrementar los costos operativos y administrativos para las empresas constructoras, especialmente para las micro, pequeñas y medianas.

Por ello, en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), delegación Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, observamos con preocupación que el endurecimiento de los procesos de fiscalización, sumado a la disminución de incentivos para la inversión productiva, puede traducirse en un entorno menos favorable para la generación de obra y empleo en el sector.

Y es que, a nivel nacional, el paquete económico para 2026 no contempla incrementos significativos en los presupuestos de infraestructura, lo que implica que la competencia por los contratos públicos será aún más intensa; este contexto obliga a

No nos falta información, lo que carecemos es habilidad para interpretar, priorizar y actuar con agilidad, nos dice Andiara. La inmensa mayoría de los consejos son incapaces de vigilar a nivel estratégico temas como la robotización, la efectividad de la analítica de datos, la ciberseguridad o el uso de la IA.

El gobierno corporativo tradicional fue creado para proteger el valor, no para crearlo. Nuestros consejos fueron diseñados para deliberar en condiciones de estabilidad, afirma Petterle, mientras que hoy necesitamos manejar decisiones en condiciones de disrupción. El costo de esta asimetría puede ser letal.

La presencia de mentalidad digital en el consejo, y en general en el equipo de Dueñez, tendrá creciente impacto en la velocidad de aprendizaje de su organización. En contraste, la mayoría de los consejos latinoamericanos siguen conduciéndose con esquemas de gobierno estancados, respondiendo al pasado, sin exploración creativa de nuevas posibilidades ni aprendizaje sistemático, sin previsión metódica ni vigilancia del tema tecnológico. Esto no responde a las exigencias de gestión del valor en ambientes disruptivos.

Ahora los cambios no son eventos, son las empresas a operar con mayor eficiencia, pero también a enfrentar un marco regulatorio más rígido y complejo.

Además, uno de los retos más sensibles tiene que ver con las disposiciones sobre retenciones y comprobación de pagos en obras contratadas por entidades públicas, donde los nuevos mecanismos digitales y de verificación cruzada que implementa el Servicio de Administración Tributaria (SAT) demandarán una mayor especialización contable y tecnológica dentro de las empresas.

Para muchas compañías constructoras locales, estos ajustes significan un incremento en los gastos administrativos y en la necesidad de profesionalizar aún más sus áreas fiscales y legales.

Por ello, desde la CMIC insistimos en la importancia de fortalecer la capacitación continua de los afiliados, especialmente en temas de cumplimiento, auditoría y planeación tributaria.

No menos relevante es el efecto que puede tener la disminución del gasto en obra pública sobre la economía regional, continuos, incesantes. La tecnología detona la conectividad y acelera los impactos entre una industria y otra. Necesitamos mentalidad digital y esos mecanismos de aprendizaje acelerado.

Nuestros consejos no pueden detenerse, necesitan evolucionar y aprender. Tenemos que reinventar nuestros sistemas decisorios, o nos quedaremos muy atrás de la velocidad del avance de la tecnología.

La pregunta es cómo podremos cambiar nosotros, cómo gobernarnos para adelantarnos al cambio externo. Los consejos del futuro harán la diferencia en muchas empresas. Dediquemos tiempo a observar nuevas formas de ejercer con efectividad la Dueñez compartida.

Esperemos que nuestros amigos no dejen de evolucionar, que no se estanquen. Su consejo integra un equipo extraordinario. Tendrán que ser humildes y seguir aprendiendo. El empresario también necesitará humildad para escucharlos. Que sean vectores de cambio y arquitectos de la capacidad de aprendizaje de su organización. pues cada peso invertido en infraestructura genera empleos, activa más de 60 ramas productivas y contribuye directamente al desarrollo social, por lo que reducir el ritmo de inversión impactaría no sólo a las constructoras, sino también al comercio, transporte, servicios y consumo local.

Ante este panorama, es fundamental que los tres niveles de gobierno impulsen políticas fiscales que no penalicen la formalidad ni desincentiven la inversión, toda vez que el sector constructor es un motor de desarrollo y necesita reglas claras, certidumbre y condiciones que promuevan la productividad, no que la obstaculicen.

En CMIC creemos en la legalidad y en la transparencia, pero también en la necesidad de generar equilibrio entre la fiscalización y el fomento a la actividad económica. Nuestro llamado es a que 2026 no sea un año de freno, sino de planeación inteligente y diálogo constructivo entre gobierno y sector privado.

*- “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois

*- El autor es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

*- El autor es presidente de CMIC Tijuana, Tecate y Rosarito.

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