La desaparición de los desaparecidos
Martes de Gabinete de Seguridad en la mañanera.

Martes de Gabinete de Seguridad en la mañanera. La presidenta festeja el corte de caja a un año de haber tomado posesión: ¡hemos bajado 32% los asesinatos! Presenta en la pantalla gigante de Palacio Nacional las gráficas de cómo se han reducido todos los delitos: feminicidio, lesiones dolosas por arma, secuestro, robo a casa, robo de vehículo, robo a negocio… Y sella con una frase: “Todos los delitos que tienen que ver con arma de fuego disminuyeron. Y los delitos que aumentaron fueron extorsión y fraude”.
Nadie habla de los desaparecidos. Ni la presidenta. Ni su Gabinete de Seguridad. Ni sus gráficas en la pantallota. El elefante camina en medio de Palacio Nacional y hacen como que no lo ven:
Según los datos oficiales, reportados por la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación, durante el año que lleva Claudia Sheinbaum en el gobierno, las personas desaparecidas han aumentado 56% en comparación con el sexenio anterior. Son 14,860 desaparecidos más que cuando tomó posesión.
Tampoco se habla del singular rubro de “otros delitos que atentan contra la vida y la integridad corporal”, que ha registrado un extrañísimo salto de 17%. Ahí se registran cosas tan inusuales como la inducción al suicidio.
El aumento de estas dos cifras ha hecho pensar que hay un intento de esconder asesinatos y maquillarlos como desapariciones u “otros delitos que atentan contra la vida…”, y así la presidenta pueda presumir una caída espectacular en la mañanera. Aunque sea mentira.
El fenó meno no es nuevo. En marzo la presidenta prometió que iba a dar una explicación sobre las cifras de desaparecidos. La ha venido posponiendo. El régimen no tendría ninguna necesidad de mentir: aún en el supuesto (irreal) de que todas las desapariciones fueran asesinatos mal registrados y pasara lo mismo con todos los “otros delitos que atentan contra la vida y la integridad corporal”, habría una disminución de los asesinatos. Muchísimo menor, pero disminución al fin.
Pero si el afán es mentir, manipular, engañar, no parecen estarlo consiguiendo con éxito: mientras en todas las mañaneras la presidenta dice que ha bajado notablemente la violencia, en todas las encuestas la gente declara sentirse más insegura.
SACIAMORBOS
Primer acto. El gobierno acusa que su estrategia de compra de medicinas no ha funcionado del todo bien porque una treintena de empresas farmacéuticas han incumplido con las entregas de medicamentos. Y hasta publica una lista negra.
Segundo acto. Las asociaciones de farmacéuticas mexicanas denuncian que casi todas las empresas de la lista negra son chinas, indias o de reciente creación. Es decir, son fruto del “remedio” que la 4T quiso ponerle al desabasto de medicamentos: comprarlas en China, India o crear a sus propios empresarios consentidos.
Tercer acto. Anoche en Latinus revelamos que el gobierno le compra medicinas… ¡a un senador de Morena! Le dio contratos por 420 millones de pesos a las empresas de Carlos Lomelí y familia.
- *- El autor es periodista y conductor de radio, televisión y medios digitales.
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