Cuidado emprendedor: lo que debes saber antes de rentar un local…
Emprender no solo implica tener una buena idea, un plan de negocios sólido o el entusiasmo de iniciar algo propio.

Emprender no solo implica tener una buena idea, un plan de negocios sólido o el entusiasmo de iniciar algo propio. También significa enfrentarse a decisiones prácticas que pueden marcar el rumbo del proyecto. Una de las más importantes es elegir y rentar el lugar donde se establecerá el negocio. Y aunque parece un paso sencillo, la realidad es que puede convertirse en una trampa si no se toman las precauciones necesarias.
Quiero compartir una experiencia personal que me costó tiempo y energía, con la esperanza de que otros emprendedores no pasen por lo mismo. Renté un inmueble para mi negocio en el corazón de Tijuana, en una plaza con bastantes años ya posicionada a lado de una importante clínica de salud, y lo mencionó para que los emprendedores tomen precaución y medidas y sobre todo para evitar pasar de la emoción que es este gran paso a un rato amargo. Pensando que la administración en este caso por una señora que decía tener principios y el trato sería profesional confíe en la palabra de las personas que lo ofrecían. Lamentablemente, después de dar un “apartado” y al agregar futuros requisitos a las condiciones prometidas desde un principio por parte de la Administradora acordamos la devolución de mi dinero. Esa devolución se comprometió en 5 ocasiones, dando pretextos e incluso amenazando a un familiar mío por presentarse al lugar donde se hizo el trato para exigir se cumpliera con la devolución del dinero que en diversas ocasiones dijo regresar y solo ponía pretextos dando largas para no regresarlo y la Administradora por fin diera la cara ya que de inicio se deslindo de responsabilidad poniendo a intermediarios como mensajeros. Esta situación me hizo reflexionar sobre lo vulnerable que podemos quedar si no tenemos un respaldo legal al momento de firmar un contrato o entregar dinero sin recibo.
La emoción de abrir un negocio a veces nos hace pasar por alto detalles que son fundamentales. Queremos avanzar rápido, sentir que estamos dando pasos firmes, y terminamos confiando en promesas verbales que, cuando se rompen, nos dejan en una posición complicada. Aquí algunas recomendaciones que aprendí de esta experiencia y que considero valiosas para cualquier emprendedor:
Nunca entregues dinero sin contrato. Por más confiable que parezca la persona, las palabras no protegen legalmente. Un contrato debe incluir condiciones claras sobre renta, plazos, uso del inmueble, así como cláusulas de devolución en caso de incumplimiento.
Verifica la propiedad. Antes de firmar, confirma que quien renta sea realmente el dueño o tenga un poder legal para hacerlo. Puedes solicitar una copia de las escrituras o revisar en el registro público.
Haz pagos bancarios y solicita recibos. Evita entregar dinero en efectivo. Los comprobantes son tu respaldo en caso de un conflicto.
Investiga el historial del arrendador. Una búsqueda en internet o preguntar a vecinos puede darte señales de si la persona es seria o ya ha tenido problemas similares con otros.
No te dejes llevar por la prisa. Si un local es para ti, lo será también después de revisar todo con calma. La presión por decidir rápido suele ser una señal de alerta.
Emprender implica riesgos, pero no debemos sumar riesgos innecesarios. Perder dinero antes de siquiera abrir un negocio puede ser un golpe emocional y financiero muy fuerte. Por eso, mi recomendación más grande es clara: protege tus recursos y tu tranquilidad.
El sueño de emprender vale la pena, pero solo si se construye sobre bases firmes, no sobre promesas vacías.
- *- La autora es mamá, emprendedora y empresaria.
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