La recesión de la amistad
“Oh Dios, concédeme la oportunidad de vivir con mis amigos… pues puedo estar Contigo incluso después de la muerte.” Mirza Ghalib, poeta

Hace días leí algo sobre este tema y me pareció importante profundizar en él. Pareciera ser un fenómeno producto de la modernidad, sin embargo ya está siendo objeto de estudio, pues resulta que se ha descubierto un peligroso declive en la calidad y cantidad de amistades significativas, especialmente entre los jóvenes. ¡Cada día hacemos o conservamos menos amigos!
Este cambio se ha atribuido a varios factores, incluido el auge de las redes soso, ciales, la falta de tiempo y los cambios en los estilos de vida, especialmente a raíz de la pandemia. La Universidad de Stanford ha introducido un curso llamado “Diseño para amistades saludables” para abordar esta problemática y mencionan, por ejemplo, que las reuniones religiosas, clubes, deportes y organizaciones voluntarias — que alguna vez fomentaron la amistad— están disminuyendo y ahora nos limitamos a las redes sociales y escuche bien: ¡Algunos amigos ya no se ven porque no pueden dejar solos a sus animales! Hoy, la amistad ya no es parte de la vida cotidiana.
Encuestas como la de la American Perspectives Survey, ha analizado que el número de adultos estadounidenses que dicen tener “ningún amigo cercano” se ha cuadruplicado desde 1990, llegando al 12%, mientras que la cantidad de personas con “diez o más amigos cercanos” ha disminuido en un tercio.
Evidentemente que antes se tenía más tiempo para conocer a los vecinos y entablar con ellos una relación de amistad, surgiendo lazos poco a poco mas fuertes entre vecinos que llevaban más de 30 años en la misma casa, sin embargo, hoy en día, las personas cambian constantemente de vivienda e incluso de ciudad de residencia, lo cual dificulta establecer esos lazos, paro además, ahora vivimos más aislados, en privadas o sitios cerrados con miedo la inseguridad y sobre todo, la vida agitada nos orilla a ser más superficiales con nuestros semejantes.
Anteriormente, pensar en ir solo al cine era algo complicado y muchos preferíamos no salir que sentirnos abandonados socialmente, esto ha cambiado y tan solo en Estados Unidos, el número de personas que come sola ha aumentado un 29% en los últimos dos años y lo peor es que sustituimos una agradable charla con amigos, por el uso del celular.
Algunos estudios nos dicen que la falta de amistades puede provocar daños a la salud al mencionar que el aislamiento social aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, demencia y mortalidad.
Poco a poco vemos con más frecuencia, las mesas de los restaurantes en las que una familia entera, lejos de convivir, explora sus redes sociales y que decir en reuniones de padres de familia o grupos sociales.
La amistad es una de las relaciones más significativas que podemos tener en nuestras vidas. Los amigos son aquellos en quienes confiamos, con quienes compartimos momentos felices y quienes nos apoyan en los momentos difíciles. Este tipo de relación no solo nos brinda compañía, sino que también nos ayuda a crecer como personas y a enfrentar los desafíos de la vida. Es algo que las computadoras o las redes sociales, por muy sofisticadas que sean, no pueden brindar.
Según Aristóteles, la amistad es una virtud porque implica una disposición moral hacia el otro, basada en el deseo de hacer el bien y de ayudar al amigo en su camino hacia la felicidad, aunque por lo visto, la amistad está perdiendo terreno frente a los medios electrónicos y los deseos de vivir aislado.
- *- El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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