La fuerza de la convicción
Que, cuando se trata de traer la justicia y el bienestar a un país como el nuestro, que fue sometido y saqueado durante décadas por uno de los regímenes más autoritarios, represivos, corruptos y longevos de la historia moderna, “la nada tiene prisa” como decía Pedro Salinas.

Que, cuando se trata de traer la justicia y el bienestar a un país como el nuestro, que fue sometido y saqueado durante décadas por uno de los regímenes más autoritarios, represivos, corruptos y longevos de la historia moderna, “la nada tiene prisa” como decía Pedro Salinas, es algo que Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer PresidentA en la historia de México, comprende muy bien.
Por eso no se detiene, no deja cabos sueltos jamás, de todo se entera, en todo profundiza.
Por eso no pierde ni un segundo.
La democracia, para fortalecerse y asentarse definitivamente debe producir paz, igualdad sustantiva, prosperidad compartida.
La 4ª Transformación debe ante todo dar resultados, satisfacer las expectativas y los anhelos del pueblo; mantenerse fiel al principio humanista de que “por el bien de todos primero los pobres”.
Es la fuerza de la convicción la que mueve a Claudia Sheinbaum.
Se gobierna para cumplir con el mandato del pueblo sin excusa ni pretexto.
Se gobierna para servir, con humildad, integridad, y pasión a todas y todos los mexicanos.
Se gobierna con el ejemplo; “el último en comer, el último en dormir, el primero en morir” se decía allá en los tiempos heroicos de la insurgencia salvadoreña.
Se gobierna cerca del pueblo siempre y para volver a él, para perderse en él, una vez cumplida la encomienda.
Se gobierna con serenidad y con temple.
Se enfrentan los desafíos, se defiende la soberanía nacional sin estridencia, pero con dignidad y firmeza.
“La ternura -dice Martha González, una queridísima compañera de Verónica es el manejo sutil de la fuerza”.
Las urgencias son muchas y el tiempo es corto; seis años -Claudia lo sabe muy bien- se van volando.
De esa conciencia dá cuenta su primer informe de gobierno.
Como dá cuenta también, esa apretada relación de las acciones de sus primeros 11 meses de gobierno, de la inteligencia y la tenacidad con la que la Presidenta conduce esta revolución única en la historia porque es pacífica, es democrática, es amplia y plural, se produce en libertad y no deja, por eso, de ser radical.
18 Reformas Constitucionales -en menos de un año de gobierno- nos hablan de un cambio estructural.
La presencia en el recinto de la primera SCJN -única en el mundo- electa democráticamente dá testimonio del calado y la profundidad de esta ruptura con el pasado autoritario.
Falta mucho por hacer es cierto pero aquí sobran pueblo, convicción y PresidentA.
- *- El autor es periodista y productor, fundador de la productora Argos y corresponsal de guerra entre 1980 y 1990.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí