Cruzando fronteras con Kapuscinski
En su destacado libro Viajando con Heródoto, (Anagrama, 2006), el escritor polaco Ryszard Kapuscinski (1932-2007) hace un recuento de sus vivencias y reflexiones encapsuladas en 28 breves capítulos.
En su destacado libro Viajando con Heródoto, (Anagrama, 2006), el escritor polaco Ryszard Kapuscinski (1932-2007) hace un recuento de sus vivencias y reflexiones encapsuladas en 28 breves capítulos. El libro es un extraordinario collage de periodismo literario modelado en la visión y método humanistas de Heródoto (484425 a.C.) en su obra imperecedera Historias, en la que el historiador presocrático documentó las costumbres y los permanentes conflictos de los pueblos antiguos de Persia y Grecia. Así, Kapuscinski entrelaza sus experiencias como corresponsal durante las décadas de los cincuenta, 60 y 70 del siglo XX en Asia y África con la lectura de las Historias de Heródoto, convirtiendo su libro en un virtuoso diálogo entre el pasado y el presente.
Viajes con Heródoto está estructurado como si fuese un cuaderno de viaje en el que 28 capítulos muy bien hilvanados, de un promedio de 11 paginas cada uno, constituyen un diario íntimo en el que el autor se sirve de las historias que Heródoto relató hace más de dos mil cuatrocientos años para reflexionar respecto de las continuidades y rupturas entre el pasado y el presente. La obra es un ensayo, un reportaje, un libro de viajes y una crónica autobiográfica a la vez.
En sus travesías por lugares apartados que eran escenarios de conflicto cruzó fronteras para ir de Polonia a India, China, Egipto, Irán, Afganistán, Etiopía, Libia, Uganda, Congo, Tanzania, entre otros lugares de Asia y África, describiendo, al modo de Heródoto, paisajes, comunidades y personas, a la vez que expone preguntas sobre la naturaleza humana, la guerra, la cultura y el poder. De este modo, Viajes con Heródoto es un afortunado encuentro entre dos grandes viajeros separados por más de dos milenios, pero unidos por la curiosidad y el interés vivo de entender el mundo.
En la década de los cincuenta, mientras recorría Polonia, el Kapuscinski aprendiz de reportero vivía obsesionado con cruzar la frontera hacia Checoslovaquia: “me llamó la atención el silencio que reinaba en las zonas fronterizas. Me sentía tentado a asomarme al otro lado, a ver qué había allí.” (P. 16). No logró ir a Checoeslovaquia, pero, a cambio, la redacción del diario en el que trabajaba lo envió a India, donde experimentó “el verdadero choque de civilizaciones.” (Págs. 23-27) Y es que, dice el autor, India es infinitud en todos los ámbitos de la vida: “infinitud de dioses y mitos, de lenguas y creencias, de razas y culturas, de todo en todas partes” (P. 41). A partir de esa experiencia inició su periplo por Asia y África, acompañado del libro referido de Heródoto para orientarse en sus recorridos respecto de cómo acercarse a las culturas, los hábitos y las costumbres de los lugares a los que fue enviado. Heródoto, dice Kapusccinki, estaba obsesionado por el tema de la memoria. Para el griego la persona es prácticamente la única depositaria de la memoria, por lo que el observador debe acercarse a ella, cruzar fronteras para buscarla y al encontrarla sentarse junto a ella y escuchar lo que quiera expresar, rememorar, porque la historia es más que un conjunto de datos y de nombres; también es el entorno, las circunstancias y las motivaciones humanas. Para Kapuscinski:
Todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar, explorar, describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista. (...) en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico. Encontramos el relato del mero hecho, pero no conocemos ni las causas ni los precedentes. La historia responde simplemente a la pregunta: ¿por qué?” (Kapuściński, Los cínicos no sirven para este oficio: sobre el buen periodismo. Anagrama, 2002:58).
- *- El autor es Secretario General de Planeación y Desarrollo Institucional de El Colef.
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