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San Agustín y la Ciudad de Dios

“El crimen hace iguales a todos los contaminados por él.” Lucano

Ignacio  Calderón Tena

A raíz de un artículo de Héctor Aguilar Camín, publicado por Milenio el 10 de julio pasado, en el que hace referencia a las asociaciones criminales y de como éstas se asemejan a lo que San Agustín ya mencionaba hace 1, 600 años, me surgió la inquietud de conocer un poco mas sobre el tema y para ello, me adentré en la obra más importante del famoso Padre de la Iglesia Católica, “La Ciudad de Dios”

Se trata de una obra escrita en 22 libros, en los cuales trata infinidad de temas y que le llevó 15 años concluir. En ella hace una defensa del cristianismo y confronta una Ciudad celestial, con una Ciudad pagana, mostrando las grandes diferencias entre ambas.

La Ciudad que representa el cristianismo es la ciudad de Dios, de ahí el nombre de esta interesante colección de textos que representan el cristianismo, y por tanto la verdad espiritual, y la ciudad pagana, que representa la decadencia y el pecado.

San Agustín es de los primeros pensadores en abordar el concepto de la “Guerra Justa” y lo define como aquel movimiento que realiza la autoridad y que tiene 3 elementos necesarios para que efectivamente sea justa y son: primero que sea declarada por una autoridad legítima, que tenga una causa justa, y que haya recta intención. El concepto de Guerra Justa es abordado posteriormente por Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica.

Regresando a nuestros días, lo que le llama la atención a Aguilar Camín y a este escribano, es la forma como San Agustín habla de las bandas de ladrones, al considerarlas como “pequeños reinos”, en el sentido de que poco a poco se van apoderando de cierto territorio y con ayuda del poder, crean una sociedad fuerte. Como ha ocurrido con muchas ciudades, principalmente del centro del País, que se han convertido en esos pequeños reinos, donde la ley que opera es la del delincuente en turno.

El colectivo “Mexico Evalúa” define los corredores: Chihuahua-Durango-Sinaloa; el segundo: Zacatecas; tercero: Colima; Cuarto: Guanajuato-Michoacán; y finalmente el corredor Morelos-Guerrero, como los centros de poder donde las bandas criminales dominan a la sociedad.

Agustín de Hipona ya describía que una banda de ladrones es una asociación de hombres, en la que hay un jefe que manda, en la que se reconoce un pacto social, y el reparto del botín está regulado por acuerdos previamente establecidos y menciona que el peligro se da en la medida en que si esa asociación de malhechores crece hasta el punto de ocupar un país y establecer en él su sede, sometiendo pueblos, y ciudades, donde la Ciudad Pagana puede dominar a la Ciudad de Dios.

La sociedad la entiende San Agustín como una forma de organización cuyo fin es promover y mantener la justicia y la paz, de modo de asegurar el peregrinaje de la ciudad de Dios a la paz eterna. Es por ello que San Agustín aborda el tema de la guerra justa, siempre que sea declarada por el gobernante como un elemento para conservar la paz y solo bajo ese concepto.

El análisis de esta obra llevaría muchas columnas y un buen número de horas para entender siquiera el pensamiento de este gran sabio de la Iglesia Católica que desde hace 16 siglos ya veía el peligro en las bandas criminales que no son combatidas.

  •  *- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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