Persuasión, el nombre del juego
“Es en tus momentos de decisión cuando tu destino es modelado”, Tony Robbins.

¿Qué tiene en común Winston Churchill y una marca de cigarros? Al parecer poco o nada, sin embargo como manejaron la persuasión ambos nos pueden dar una idea de la similitud. La persuasión podemos ver es crear movimientos, vender identidad y el futuro.
VEAMOS
En mayo de 1940 Gran Bretaña está totalmente desmoralizada y prácticamente aniquilada. El primer ministro Neville le interesaba negociar con Hitler, y Winston Churchill no estaba dispuesto a ello, decía que negociar con un tirano como Hitler era equivalente hacerlo con un león teniendo la cabeza dentro de su boca.
El rey Jorge le brinda su apoyo a Churchill, y es nombrado primer ministro. En su discurso es cuando da su ya famoso mensaje donde les advierte que vienen tiempos de sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas.
Las claves del éxito del mensaje de Churchill: Fue visceral, lo podías sentir. Convocaba a una misión, dando una identidad colectiva; y tenía una certeza moral: Un sentido moral que permitía superar el miedo a los nazis.
LA MARCA DE CIGARROS
Desde 100 años en Estados Unidos Edward Bernays está considerado el padre de la relaciones públicas. Los fabricantes de la caja de cigarros Lucky Strike lo contratan para mejorar sus ventas, y como en ese tiempo las mujeres no fumaban, ideó en un desfile en Nueva York que un grupo portara un cigarro en sus manos y lo llevaran como si fueran antorchas. Eso dio lugar a que se viera como símbolo de libertad, y es entonces cuando el mercado femenino incursiona a fumar cigarros. Claves del éxito del encaje de Bernays: El cigarro ya no es exclusivo de los hombres, y fumar significa una mayor libertad para las mujeres.
CONCLUSIÓN
La persuasión se puede utilizar para salvar una nación, así con también para inducir a un vicio cuando no se práctica con moderación. Podemos afirmar que la persuasión es una herramienta, como es el caso del fuego, puede servir para iluminar e inspirar, así como también puede aniquilar o destruir. Lo vemos por ejemplo con Martin Luther King y con Adolfo Hitler.
La pregunta no es si como seres humanos estamos influenciados por algo o por alguien, porque de hecho todos lo estamos, la pregunta es cómo la utilizamos de regreso, qué clase de influencia somos para los demás.
¡Feliz domingo, estimado lector!
- *- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí