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Tijuana en auge… y en alerta preventiva

En los últimos años, Tijuana ha experimentado un notable auge en construcciones.

Elmer Peña Ruvalcaba

En los últimos años, Tijuana ha experimentado un notable auge en construcciones: desde modernos condominios hasta complejos comerciales, oficinas y naves industriales; este crecimiento es un motor para nuestra economía y nuestro desarrollo urbano.

Sin embargo, eventos recientes como el socavón en la intersección de la Calle 10 y Avenida Revolución, que dejó 60 personas evacuadas, evidencian que el progreso exige responsabilidad y estrictas medidas preventivas.

En este caso, colapsó un muro de contención en una obra que ya estaba clausurada desde junio por problemas de humedad, lo que provocó fugas de gas y agua y daños al cableado eléctrico, y no es un hecho aislado.

Apenas en marzo de 2025, Tijuana atendió seis socavones en distintas zonas, lo que obligó a reparaciones extensas que en algunos casos se prolongaron por semanas. También en ese mismo mes, un colapso en una obra en la colonia Empleados Federales dejó cuatro trabajadores lesionados, golpeando de nuevo las alarmas en torno a la seguridad industrial.

Y no podemos olvidar el incidente en una estructura del viaducto elevado sobre la Avenida Internacional, donde dos trabajadores fueron rescatados tras quedar atrapados por el colapso parcial de una torre.

Como organismo, nos preocupa que estos casos se repitan, ya que una de las cuestiones básicas en nuestra industria es anticiparnos: proteger vidas, proteger obras, proteger el futuro. Por ello, en CMIC contamos con el Instituto de Capacitación de la Industria de la Construcción (ICIC), el cual se ha dedicado a formar, capacitar y actualizar a los trabajadores, en todos los niveles del proceso constructivo, para que actúen con eficacia, eleven la calidad del desempeño y accedan a mayores oportunidades profesionales y personales.

Este instituto es un pilar fundamental en tiempos donde cada riesgo no gestionado puede traducirse en tragedia, retrasos costosos o daño a la confianza pública y, en este marco, el ICIC no es una sigla ni un recurso opcional: es el corazón de una cultura preventiva, activa y transformadora.

Les invito a reflexionar si nuestro compromiso se extendiera una décima más, una inspección, una capacitación más, un protocolo adicional, estaríamos más cerca de una Tijuana vibrante y segura. Porque construir bien no es sólo un objetivo técnico, es una promesa de futuro.

*- El autor es presidente de CMIC Tijuana, Tecate y Rosarito.

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