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Emprender desde el celular: el auge de los negocios nacidos en redes sociales

Vivimos en la era del contenido y la conexión constante. Las redes sociales ya no son solo espacios para compartir fotos o mensajes personales: se han convertido en verdaderos mercados digitales donde nacen, crecen y se consolidan miles de microemprendimientos.

Bibiana Caloca

Vivimos en la era del contenido y la conexión constante. Las redes sociales ya no son solo espacios para compartir fotos o mensajes personales: se han convertido en verdaderos mercados digitales donde nacen, crecen y se consolidan miles de microemprendimientos. Nunca había sido tan accesible montar un negocio como ahora, desde el celular y con una buena idea en la mente.

TikTok, Instagram, Facebook e incluso WhatsApp han cambiado las reglas del juego. Antes, para iniciar un negocio se necesitaba capital, local físico y hasta permisos complicados. Hoy, basta con una cuenta activa, creatividad y constancia. Jóvenes, madres, estudiantes, personas desempleadas y trabajadores con doble turno están utilizando las redes sociales para generar ingresos, probar ideas y posicionarse.

Uno de los factores clave de este fenómeno es la cercanía. Los clientes no solo compran un producto, sino que conectan con la historia detrás: el emprendimiento de una mamá que hace pasteles en casa, el joven que vende ropa vintage desde su clóset o el estudiante que ofrece clases o asesorías desde su cuarto. Esa autenticidad tiene un gran valor en el mercado actual, donde las personas buscan consumir con propósito.

Además, las redes permiten validar ideas sin gran riesgo. Un reel viral puede disparar las ventas en minutos. Una historia bien contada puede atraer cientos de seguidores y, con ellos, futuros clientes. Incluso las fallas se convierten en contenido: errores, aprendizajes, “antes y después” o transformaciones personales se usan como parte de la narrativa del emprendimiento.

Pero no todo es sencillo. También hay retos: el algoritmo cambia constantemente, la competencia es feroz y la constancia puede ser agotadora. Muchos emprendedores se enfrentan a la frustración de no recibir likes, ventas o visibilidad inmediata. Por eso, es fundamental tener una estrategia clara, aprovechar herramientas de planificación, cuidar la imagen y, sobre todo, no rendirse ante la primera caída del alcance.

Otro aspecto clave es profesionalizar el contenido. Aunque todo empieza “casero”, los emprendedores exitosos cuidan cada detalle: buena luz, edición, descripciones, interacción con la audiencia, y storytelling auténtico. Las redes sociales ya no son solo vitrinas; son canales de venta directa, atención al cliente y construcción de marca.

Y lo mejor de todo es que este movimiento no para de crecer. Cada día nacen miles de microemprendimientos en todo el mundo desde un celular, una mesa de cocina o un cuarto improvisado como taller. Lo que antes parecía una locura —como vender galletas por Instagram o servicios de asesoría desde TikTok— hoy es una forma legítima y poderosa de construir un negocio.

El mensaje es claro: si tienes una idea, un talento o una pasión, el mejor momento para empezar es ahora. Las redes sociales ya no son solo entretenimiento: son oportunidades esperando a que las tomes.

  •  *- La autora es mamá, emprendedora y empresaria.