40 Horas: La Reforma que Amenaza el Empleo
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó en mayo la implementación de la reducción de jornada laboral de 48 a 40 horas semanales hasta 2030.

La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó en mayo la implementación de la reducción de jornada laboral de 48 a 40 horas semanales hasta 2030. Lo que se presenta como una conquista social podría convertirse en una presión económica para millones de mexicanos.
La reforma busca establecer una semana laboral de cinco días con dos días de descanso, siguiendo experiencias internacionales como las de Colombia y Chile. Sin embargo, México enfrenta esta transición en un momento de particular debilidad: el país creció apenas 1.2% en 2024, las industrias manufactureras se contrajeron 0.1%, y la creación de empleos formales fue la más baja en dos décadas.
Sectores en la Cuerda Floja. Las industrias manufactureras, que representan 20.7% del PIB y operan en turnos continuos de 24 horas, enfrentan el mayor desafío. La necesidad de reestructurar procesos, contratar personal adicional o automatizar operaciones representa costos que muchas empresas no podrán absorber. El sector comercio, con aproximadamente 20% del PIB, tendrá mayor flexibilidad, pero enfrentará presiones para trasladar costos a precios de consumo.
El sector servicios, dominante con 60% del PIB, presenta un panorama mixto. Mientras servicios profesionales podrían adaptarse, subsectores como alojamiento y preparación de alimentos, que ya registran 89 por ciento de informalidad, enfrentan un panorama especialmente complicado.
Mipymes: Las Víctimas Principales. Las 4.1 millones de micro, pequeñas y medianas empresas que aportan 42% del PIB y generan 78% del empleo nacional serán las más golpeadas. Con 95.4% del universo empresarial compuesto por microempresas y solo 11.4% con acceso a financiamiento, estas empresas carecen de recursos para absorber costos adicionales.
Durante la pandemia, una de cada tres empresas desapareció permanentemente. La nueva carga laboral, sin acceso a crédito ni tecnología, las coloca en posición crítica. En contraste, las grandes empresas, menos del 1% del total, tienen mayor capacidad financiera para adaptarse e invertir en automatización.
LOS CUATRO GOLPES DEVASTADORES
Cierre de empresas emerge como el riesgo más inmediato. Las Mipymes en sectores intensivos en mano de obra enfrentan un dilema imposible: aumentar costos sin poder trasladarlos a precios, o cerrar operaciones.
Desempleo seguirá inevitablemente. Los modelos sugieren un aumento del 2.6% actual al 3.2-3.5%, concentrado en manufactura y construcción, representando cientos de miles de mexicanos sin trabajo, al momento de redactar esto, el sector de la construcción ha perdido 10 mil empleos de mayo de 2024 a mayo de 2025 en Baja California.
Inflación constituye el tercer riesgo. Con México cerrando 2024 con inflación de 4.21%, las presiones laborales adicionales podrían agregar 0.5-1.0 puntos porcentuales más, golpeando especialmente a familias que destinan más del 50% de ingresos a canasta básica.
Informalidad completa el cuarteto. Con 54.2% de mexicanos ya trabajando informalmente, la presión sobre empresas formales amenaza con empujar más trabajadores a la economía subterránea. Sectores como construcción (84.1% informal) podrían ver desaparecer prácticamente el empleo formal.
La experiencia en otros países, opera en contextos económicos fundamentalmente diferentes. Mientras el gobierno organiza foros durante el verano de 2025, las empresas ya toman decisiones basadas en estas señales de política. La incertidumbre generada llega en el peor momento posible para una economía que necesita estabilidad y crecimiento, escenario difícil ante el panorama internacional. Como siempre en política económica: el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones.
- *- El autor es Doctor en Economía, Maestro en Desarrollo Regional, profesor-investigador en Cetys Universidad.
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