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El guion perfecto para Donald Trump

En Beverly Hills circulan como todos los días los estruendosos coches deportivos de las estrellas de cine, o de quienes aspiran a serlo.

Carlos Loret de Mola

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- En Beverly Hills circulan como todos los días los estruendosos coches deportivos de las estrellas de cine, o de quienes aspiran a serlo. En Malibú, las terrazas con vista al mar de los restaurantes más cotizados siguen sirviendo botellas de vino caras. Las playas de Venice son como siempre un desfile de cuerpazos haciendo ejercicio en pleno verano. En cambio, en el centro de Los Ángeles, el escenario es otro: toque de queda por las noches, calles bloqueadas, policías y militares supervisando todo, y el recuerdo de la imagen que Trump estaPor ba buscando: un migrante sobre una patrulla incendiada enarbolando una bandera tricolor mientras grita ¡viva México!

La foto respalda la narrativa oficial: no es migración, es invasión. El mundo ideal para Donald Trump. La acción de grupo de vándalos, desprendidos y a veces desconectados de una protesta pacífica más grande en la zona centro de Los Ángeles, ha servido al discurso del presidente de Estados Unidos para pintar que la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos está sumergida en el caos por culpa de los migrantes —que son crimiA nales, violentos, ilegales— y de sus aliados del Partido Demócrata que les abrieron las puertas de la nación. Por tanto, ante la incapacidad de la oposición para ofrecer seguridad a los ciudadanos, el presidente fuerte tiene que intervenir propiciando un estado de sitio.

A Donald Trump le está saliendo todo de maravilla. En el caos y la confrontación, él es pez en el agua. Si algo lo impulsa en las encuestas es el tema de la migración: la mayoría de los estadounidenses no está conforme con las políticas migratorias del pasado. El discurso de que los migrantes han envilecido las calles y dejado en el desempleo a la clase trabajadora americana ha permeado más que el argumento de que los migrantes sostienen la economía ofreciendo servicios y productos a precios más bajos.

Por eso cuando Trump está en crisis, recurre a hablar de migración. Cuando se tropieza por escándalos de corrupción y conflicto de interés, cuando hay rebelión empresarial por los aranceles, cuando se empantana en Ucrania y Gaza, cuando hasta Elon Musk habla de recesión, Trump recuerda que votaron por él para arreglar el caos migratorio. Las imágenes de Los Ángeles han jugado de comparsa del presidente.

Y además hay una veta electoral. Un colega en la cobertura de las manifestaciones me decía que Trump le estaba haciendo la campaña presidencial al gobernador de California, Gavin Newsom. Yo lo veo justo al revés: quizá lo posiciona dentro del Partido Demócrata —entre los convencidos—, pero en Estados Unidos para ganar las elecciones hay que conquistar a un público que está en medio y que ha demostrado que ve a la migración con recelo, que es adverso al desorden público y que posiblemente se alejará de los demócratas si quedan estigmatizados como los defensores de quienes gritan ¡viva México! sobre una patrulla quemada enarbolando una bandera extranjera en suelo americano. Gran noticia para Trump si en los medios se habla más de migración que de economía.

  • *- El autor es periodista y conductor de radio, televisión y medios digitales.

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