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Pelea de gigantes

Trump vs Musk, la pelea interpersonal que tiene a todo el mundo entretenido, como en el box, deseando los dos se peguen bonito.

Ricardo  Menéndez

Trump vs Musk, la pelea interpersonal que tiene a todo el mundo entretenido, como en el box, deseando los dos se peguen bonito. Si no se tratara del presidente del país más poderoso del mundo contra la persona más rica del mundo, se trataría de una pelea perfectamente comprensible en su forma, simplemente el resultado de la relación de una persona narcisista con una persona Asperger. Y hay mucho de ello, aunque detrás haya intereses de grupos, públicamente estamos viendo a dos gigantes peleándose como niños, Musk está en desventaja discursiva por su condición y no puede contra el estilo truculento de Trump. Por sus mutuas condiciones comparten la patológica idea de que tienen una misión superior que justifica cualquier conducta. Tenían una alianza que desde el principio se pronosticaba no duraría mucho, y que era potencialmente explosiva por ser dos enormes fuerzas enfrentadas. Se trató de dos personajes extremadamente singulares que a partir del intento de asesinato Musk se deslumbró por Trump y él lo manipuló. Musk piensa que el mundo es como una empresa y por su condición mira fríamente la existencia, cuando vio el truco propio de la política se descompensó, en la cabeza y en el bolsillo. Al compartir su certeza de ser el más importante, se creen capaces de cambiar las reglas y prioridades sociales, Trump se imagina adorado, validado, Musk enojado lo desenmascara con feroces críticas y evidencias. Trump reacciona diciendo que enloqueció, que quizá abusó de la ketamina (fármaco usado en la psiquiatría como antidepresivo), abusa de su condición con estos alegatos. Musk llevaba muchos años buscando notoriedad, llegó a mandar uno de sus autos al espacio, en la Casa Blanca enloqueció de felicidad, hasta su hijo podía insultar a Trump en su oficina, claro que para entonces ya había dado tanto dinero para la campaña que se imaginaba socio. No es el típico Asperger,

él tiene una necesidad histriónica que resulta patética, y por no poder manejar el doble sentido resulta rígido. A diferencia de Trump que puede decir una mentira tras otra sin inmutarse. Los dos son machos alfa y sabemos lo terrible que es cuando se pelean, la diferencia es que Musk tiene mucho que perder, Trump tiene su plazo de poder garantizado y poco que perder en esta pelea. Perdió Musk los estribos al amenazar en abandonar a su suerte a los actuales astronautas en el espacio, parece que en esto se retractó. Pero continúa el pataleo, el enojo de Musk. Las consecuencias políticas de esto no lo sé, pero sí sé que de ahora en adelante los ojos están puestos en las elecciones de medio término y este tipo de numeritos no les ayuda a los republicanos. Espero el siguiente capítulo.

  • *- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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