La Certidumbre Jurídica: Cimiento Indispensable para la Inversión y la Competitividad de México

Desde la vibrante frontera de Mexicali, donde la actividad exportadora es el latir de nuestra economía, observamos con preocupación un factor crítico que amenaza nuestro potencial: la erosión de la certidumbre jurídica. En un mundo globalizado y altamente competitivo, donde el capital busca refugio seguro y reglas claras, México no puede darse el lujo de menospreciar este pilar fundamental para atraer y retener inversiones. La certidumbre jurídica es un concepto abstracto; es la base tangible sobre la que las empresas, nacionales y extranjeras, planifican su futuro. Implica reglas estables y predecibles, donde los marcos legales y regulatorios no cambien de forma abrupta, retroactiva o discrecional; una aplicación imparcial y eficiente de la ley, con un sistema judicial independiente, expedito y confiable que resuelva controversias con equidad y haga sagrados los contratos; y transparencia con debido proceso, donde los trámites y decisiones se basen en criterios objetivos, no en opacidad o favoritismos.

Esta certeza es vital para la inversión porque reduce el riesgo inherente a comprometer capital, especialmente en montos significativos. ¿Qué inversionista destina cientos de millones si teme que mañana las reglas cambien caprichosamente o que un contrato sea invalidado? La certidumbre es el antídoto contra la “prima de riesgo México”. Además, atrae capital de calidad: inversión de largo plazo, sostenible, de alto valor añadido y generadora de empleos bien remunerados – precisamente el tipo que Mexicali y México necesitan para escalar en las cadenas globales de valor. Por el contrario, la incertidumbre no solo disuade a nuevos inversionistas; expulsa a los existentes, llevándose empleos, tecnología y encadenamientos productivos.

En cuanto a la competitividad internacional, esta no se construye solo con costos laborales bajos o ubicación geográfica privilegiada, ventajas que tenemos en Mexicali. Se construye sobre productividad y eficiencia. La incertidumbre jurídica actúa como un impuesto oculto a la productividad: desvía recursos valiosos (tiempo y dinero) que deberían destinarse a innovación, capacitación o mejora de procesos, hacia navegar laberintos legales o litigar; aletarga decisiones cruciales como expansiones o adopción de tecnologías; y daña la reputación país en índices internacionales de competitividad, desincentivando la llegada de nuevos actores globales.

Como exportadores de Mexicali, puerta de México hacia el mercado más grande mundo, sentimos directamente este impacto. Nuestra competitividad frente a Asia o Centroamérica depende cada vez más de ofrecer un entorno de negocios confiable y predecible. Por ello, el exhorto a todos los niveles de gobierno a priorizar la estabilidad normativa, evitando cambios legales bruscos o retroactivos, y asegurando que cualquier reforma sea fruto de diálogo amplio y análisis de impacto. Es urgente fortalecer el Poder Judicial, dotándolo de recursos, garantizando su independencia y agilizando procesos, pues la justicia tardía o cuestionable es injusticia para la economía. Se requiere transparencia y diálogo constante con el sector privado, aplicando las reglas con uniformidad y claridad. Y, fundamentalmente, el Estado debe ser el primer garante del respeto irrestricto a los contratos.

La certidumbre jurídica no es un “regalo” a las empresas; es una inversión estratégica en el futuro de México. Es la base para crear empleos de calidad, transferir tecnología, incrementar las exportaciones y mejorar el bienestar de todos. En Mexicali, estamos listos para competir globalmente. Necesitamos que el marco jurídico del país sea nuestro aliado, no nuestro obstáculo. Construyamos juntos esa certeza que el capital, el progreso y el futuro de México demandan.

• * El autor es Presidente de Index Mexicali.