Animalistas
¿Qué es ser animalista? En principio es un movimiento político que aglutina a aquellos que piensan que los animales no deben ser explotados, maltratados o muertos por humanos.

¿Qué es ser animalista? En principio es un movimiento político que aglutina a aquellos que piensan que los animales no deben ser explotados, maltratados o muertos por humanos, que los animales tienen derechos a la vida, bienestar y libertad, que no deben de ser usados en el entretenimiento, experimentación, vestimenta o alimentación, y promueven leyes para esto. En principio suena idílico, como un retorno al paraíso, es atractivo. Además, es más redituable en votos apoyar a estos estridentes militantes que defender el derecho de tradiciones y culturas centenarias donde se sacrifica un animal siguiendo un ritual o costumbre. Las corridas de toros es un claro ejemplo, uno que han tomado como bandera para ganar el voto de todo aquel que no comparte la afición y culto taurino, la mayoría. Hace unos días la organización animalista más grande, PETA, fue a proyectarle en la fachada y ventanas de la residencia oficial del Papa León XIV enormes imágenes diciéndole que las corridas de toros son pecado, con la Virgen abrazando un toro ensangrentado o un Cristo que se interpone entre el toro y torero preguntándole al Papa qué hubiera hecho Jesús, exigiéndole separe el catolicismo de la tradición taurina. ¡Qué falta de respeto!, realmente están los animalistas muy empoderados presentándose como los representantes de todos los que aman a los animales. Son esas mismas personas que pueden cortarle a sus perros los testículos y tenerlos viviendo en cuatro paredes, sin libertad o convivencia con otros de su especie, ¿en qué quedamos? Lo que ellos sienten lo traducen en ley para todos, no podemos explotar al animal para beneficio humano, no debe un burro cargar nada, un caballo jalar nada, un ratón experimentar un nuevo medicamento, etc. Leía recientemente sobre el fracaso de las calandrias motorizadas en Ensenada, fuera caballos, o de los burros de fibra de vidrio en la Revolución de Tijuana, fuera burros, a la muerte, como pasó con los animales de circo. No hay que confundir la empatía con los animales con una humanización de ellos. Rescatar perros callejeros es una actividad de moda, en lugar de que la perrera municipal los de en adopción o directamente los sacrifique. He visto muchas veces gente que se llena de perros y gatos en nombre de rescatarlos, que dedica mucho tiempo, energía y dinero en ello, siendo una gran causa en la vida, esos mismos pasan de lado ante un hombre en condición de calle argumentando que ellos tienen capacidad de decisión y no son inocentes víctimas. El futuro ideal es que todos seamos veganos, ¿para qué tenemos colmillos? La fenomenología del sufrimiento señala que el sufrimiento animal es una proyección humana. Otra cosa es el maltrato real, vámonos sobre ese.
- *- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.
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