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Gas en familia

Por años, López Obrador dijo que la Cuarta Transformación iba a “rescatar” el petróleo y la generación de energía eléctrica de manos privadas.

Carlos Loret de Mola

Por años, López Obrador dijo que la Cuarta Transformación iba a “rescatar” el petróleo y la generación de energía eléctrica de manos privadas. Que devolvería la rectoría al Estado mexicano. En el sector energético —y particularmente en el negocio del Gas LP— la rectoría lleva el apellido de la familia: López Beltrán.

Desde el año 2021, la Secretaría de Energía impuso un tope de precios al público del Gas LP para proteger la econode mía familiar. La medida ha puesto contra las cuerdas a empresas privadas que dependen del margen para operar y reinvertir, en un contexto de inflación, inseguridad y competencia desleal tanto de los criminales (huachicol) como del propio gobierno (Gas Bienestar, que vende por debajo del costo real y que genera pérdidas multimillonarias que absorbe el presupuesto de todos los mexicanos).

En este contexto, cobran sentido los vínculos de José Ramón López Beltrán a través de su esposa, Carolyn Adams, con el sector energético. Adams trabajó en Baker Hughes, una contratista petrolera con relaciones con Pemex, y residió con López Beltrán en una casa en Houston propiedad de un alto ejecutivo de esa misma empresa. Conflicto de interés flagrante (por lo menos).

La estrategia es peligrosa no sólo por sus implicaciones de corrupción, sino por su impacto en el mercado: usar el aparaa to regulatorio del Estado para desplazar a privados y abrir el camino a aliados del círculo presidencial socava la competencia, erosiona la confianza en el Estado de derecho y pone en duda el verdadero propósito de las políticas públicas.

No se trata sólo de un debate técnico sobre gas, regulación o subsidios: estamos hablando de la posibilidad real de una captura institucional del mercado del Gas LP, ejecutada desde las sombras por el apellido más poderoso del sexenio.

No puede sustraerse de este esquema el control que han tenido los López Beltrán del organismo regulador del sector: Cenagas. Primero, con su alfil Abraham Alipi (íntimo amigo de los hijos de AMLO) y luego con su achichincle de confianza y exgobernador de Veracruz acusado de corrupción por su propio partido, Cuitláhuac García. Ahora hacen con el gas lo que vienen haciendo con el hidrocarburo importado: controlar el negocio quitando permirumores sos de importación y cobrando moche a los importadores de gasolina, que se quejan de que la “mordida” ya subió a 30 centavos por litro (esto implicaría una ganancia a la sombra de 20 millones de pesos diarios).

Están en todo: Aduanas, gas, gasolina, medicinas, obra pública. La historia de América Latina demuestra que cuando los hijos del poder empiezan a tejer sus redes en sectores clave de la economía, se deben encender todas las alertas.

SACIAMORBOS

Cuentan que el otro día en la mañanera, la secretaria de Energía llegó con un vestido de marca Dior y se enojó su jefa. Deducen en los pasillos de Palacio que de ahí se inspiró para incluir el tema de la ropa cara en el decálogo que mandó a Morena.

  • *- El autor es periodista y conductor de radio, televisión y medios digitales.

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