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Que nunca vuelva a suceder

Está en progreso, en Tecate, la discusión sobre la administración municipal del ex presidente municipal Darío Benitez, y su posible y probable serie de delitos cometidos.

José Roberto  Vázquez

Por el derecho a la libertad de expresión

Está en progreso, en Tecate, la discusión sobre la administración municipal del ex presidente municipal Darío Benitez, y su posible y probable serie de delitos cometidos. Se habla del mal manejo de fondos con cifras millonarias de las que se pudo haber apropiado, además, por gastos extraordinarios para supuestos beneficios sociales, que no se efectuaron y otros delitos más. Los actuales funcionarios del cabildo, como una forma de autoprotegerse, lanzan la frase trillada y de muy poca validez de que, ojalá esto nunca vuelva a suceder. Pero la verdad cruda es que, desde ahora que el presente ayuntamiento tiene mucho menos del año trabaCuando al presidente municipal ya se le están achacando compras millonarias de terrenos y casas. Por consiguiente, bueno sería que los actuales integrantes del cabildo municipal iniciaran una investigación interna para aclarar estos borregos sueltos.

La verdad sea dicha, en nuestra ciudad y en todas las demás del estado, las administraciones municipales no se han distinguido por su honestidad. Si se hiciera una investigación formal a cada ex presidente, los resultados confirmarían lo que los ciudadanos especulamos sobre ellos. Siendo Tecate, una ciudad media, sabemos, porque los hemos visto diariamente, que todo lo que ahora tienen, lo comenzaron a producir durante sus períodos de funcionarios públicos. Muchos de los expresidentes, diputados, síndicos procuradores y otros más se hicieron dueños de edificios, casas, ranchos y otras propiedades, durante o después de sus períodos en la administración pública. Varios fueron denunciados, pero no se les siguió ningún proceso penal, siendo protegidos por la corrupción que arropa a los delincuentes de la administración pública.

Aquí les presento dos casos en los cuales, después de haber aportado pruebas, de hado”, ber promovido un juicio político y una demanda penal, los sujetos siguen tan campantes trabajando en la administración pública. En otras palabras, en lugar de ser investigados formalmente por la justicia, se les premia y se les libera de ir a la cárcel. Primero, tenemos a Javier Ignacio Urbalejo Cinco, presidente municipal en el período del 2010 al 2013, quién además de presentar un enriquecimiento inexplicable, se le entregaron en el último mes de su administración, un préstamo de 80 millones de pesos, para pavimentar 56 calles, pero solo lo hizo con la mitad de ellas, dejando sin terminar las otras, mismas que pagó en su totalidad a los contratistas. Su cuenta pública no fue aprobada pues presentaba serias dudas en muchos casos. No obstante, fue premiado con la dirección del Instituto de la Infraestructura Física Educativa de Baja California. Este premio le fue otorgado por la actual Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmedo, cuando debería estar pagando con cárcel. El segundo caso es el de César Moreno González de Castilla, del 2013 al 2016, que fue acusado penalmente en dos ocasiones, primero por haber aprobado a la empresa Tec-Med, trabajando de manera ilegal, que se encargaría de recoger la basura. Después por Iberparking, encargada de los parquímetros, con una serie de violaciones a las leyes, y, posteriormente demandado por peculado, enriquecimiento ilícito y, según la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, por haber declarado haber hecho obras públicas inexistentes, pero si cobradas. La demanda penal fue dejada de lado, protegiendo a este delincuente. Sin embargo, lo premiaron dándole la subdelegación de la Secretaría de Movilidad Sustentable a su esposa Claudia González Elizondo, y al expresidente le otorgaron la Dirección Estatal de Prospera en Baja California.

Como se puede ver, a los delincuentes de cuello blanco, en lugar de ser enjuiciados y encarcelados, se les premia con puestos públicos. Así que eso es lo que con toda probabilidad les pasará a los funcionarios corruptos que se enriquecieron ilegalmente, y que siguen con toda libertad disfrutando de nuestros recursos financieros. Siguen los abrazos sin balazos. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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