Políticamente correcto
Es el colmo, hoy es el día mundial de los calvos, y conste que soy pelón.
Es el colmo, hoy es el día mundial de los calvos, y conste que soy pelón. Ya hay día para todo, eso le resta importancia a conmemoraciones o causas nobles. Como pelón no me siento representado con esta iniciativa, como con cientos de ellas que hay en nombre de la no discriminación, hoy en día hay que tener extremo cuidado con el lenguaje. Lo políticamente correcto en extremo es algo del siglo XX, ya no es correcto contar un chiste de negros, de homosexuales, o de gordos y la lista sería larga. Recuerdo
al gran torero del siglo pasado, Rafael Gallo al que le decían El Divino Calvo, a nadie le parecía ni ofensivo ni gracioso, lo calvo lo caracterizaba, toreaba divinamente. Extrañaré lo tropical y políticamente incorrecto de AMLO, la presidenta es muy rígida, quizá para bien. Tendremos mañaneras sin ocurrencias geniales, tendremos cada semana una especie de listado de temas de un aula, tendremos presidenta académica, para bien o para mal. Pero anticipo será muy medida en sus palabras, aunque su temperamento fuerte, se le nota, pero no la atrapa. Veo más a la juventud con la piel delgada, antes era al revés. Veo a jóvenes que se instalan en una extrema sensibilidad reclamando se les hable como ellos indiquen, esto los aleja de poder lidiar con la diferencia, con las ideas contrarias, les resulta demasiado incómodo. A veces como viejo lo siento como un autoritarismo, me tengo que adaptar y si alguien masculino me pide le hable en femenino, o a la inversa, lo tengo que hacer, de otra manera me rechazarían y sería ofensor. Si alguien se está llenando de tatuajes o se opera hasta las nalgas no podemos aludirlo, podría parecer ofensivo. Esto está representando una limitante en el intelecto y creatividad social. El genial y políticamente incorrecto Zizek argumenta que esta rigidez e hipersensibilidad genera más tensión social creando un lenguaje artificial que oculta los problemas subyacentes evitando discusiones honestas sobre nuestras diferencias. Hacer un constante ejercicio de autocensura es desgastante, este debe ser en automático, lo que se llama educación, no un cuidado consciente de no decir algo ofensivo. Quizá cuando los jóvenes actuales estén viejos toda la cultura será así y se autocensurará en automático apagando los restos culturales que resulten ofensivos. Ya sucede en la red, la censura está ideológicamente sesgada, ahora está de moda usar palabras como el bicho para COVID o deletrear terrorismo para escapar a la censura. Dentro de esta vorágine de lo políticamente correcto, se promueven imágenes de transexuales como objeto de interés y admiración frente a toda la familia, un giro en la cultura. Algunos tratarán esto como el escrito de un viejo, lo es.
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