¿Cuál es el colmo de los tecatenses?

Por el derecho a la libertad de expresión.

Esta semana una brava mujer, heroína por sus actos dignos y su representación formal y coherente de una agrupación de pescadores ensenadenses, denunció la forma en que durante años han estado siendo extorsionados, golpeados, amenazados y obligados a trabajar, prácticamente para otras personas o agrupaciones delincuenciales. A escasas horas de haber hecho su denuncia de forma valiente, fue cobárdemente acribillada con más de 20 disparos, a plena luz del día en una zona de la ciudad, abierta y visitada. En Mexicali, una jovencita de 23 años fue arteramente asesinada, violada y tirada entre la basura a las afueras de la ciudad, el asesino probable, fue el chofer de un servicio de transporte público, de la plataforma Didi, mismo sujeto que huye y se entrega voluntáriamente a las autoridades de la fiscalía de Ciudad Obregón. En hecho similar, en un balneario de la ciudad de Tijuana, varios sujetos criminales se agarraron a balazos, en medio de los visitantes al centro, hiriéndose ambos bandos. Estos tres eventos que no son únicos sino el caldo diario de los bajacalifornianos se está convirtiendo en la cotidianeidad. Nada nos asusta, pero si nos sorprende. Especialmente, la incapacidad manifiesta de la Fiscalía del Estado.

En ese mismo orden de ideas, la Sindicatura de Tecate y es posible que sea lo mismo con las de todo el estado, aunque no lo aseguro, no hacen ni les interesa cumplir con sus obligaciones. Es la Dirección de Seguridad Ciudadana una calamidad para la población radicada en nuestra ciudad, y para la que nos visita o se ve obligada a transitar por nuestras calles. A los policías municipales los sufrimos cuando están uniformados y andan en sus vehículos oficiales, cuando son nuestros vecinos y quieren demostrarnos sus poderes superiores, cuando disparan sus armas reglamentarias o no, cuando hacen el ruido que deseen a cualquier hora del día, o, por último, cuando nos quieren reforzar el poder real que tienen y que detentan. Sin embargo, no los vemos cuando se trata de combatir al crimen organizado, al crimen urbano y la inseguridad social que padecemos.

Desde hace días está apareciendo en el Spider Shore, sitio por internet que atiende asuntos de delincuencia, en el cual los vecinos y visitantes de Tecate, se quejan de los policías municipales. Dicen que los policías los detienen en sus patrullas por cualquier cosa, inclusive sin razón. Los comienzan a investigar, les revisan sus carros y su documentación, y si tienen sus automóviles placas de USA, las cosas empeoran. Los obligan a manejar hasta las instalaciones de la Dirección de Seguridad Ciudadana, y allí en la banqueta los comienzan a extorsionar, los amenazan, los mandan buscar dinero, los asustan con quitarles sus carros y otras linduras. Se han levantado quejas ante la Dirección y en Sindicatura Municipal y no ha sucedido nada. Los Síndicos Procuradores de Tecate se han distinguido por ser insensibles ante las denuncias ciudadanas. El dicho del oficial, si es que existe uno, es predominante y el ciudadano es el seguro perdedor. Según se manifiesta en las denuncias ante Spider Shore, las pérdidas económicas ascienden a miles de dólares, y, al parecer. no existe una investigación de sindicatura que desmienta estas aseveraciones, lo que las hace necesariamente verdaderas por parte de los demandantes. Algunas de las quejas contienen delitos penales, si son investigadas, y los policías involucrados podrían ir a prisión si se comprueban. Sin embargo, los agentes municipales no sudan ni se acongojan, por la insensibilidad de la Sindicatura. Que Dios los proteja porque la ley no existe en las calles de Tecate. Por eso nos preguntamos, ¿Cuál es el colmo de los Tecatenses? ¿Tenemos un hasta aquí? ¿Ya nos llenaron el frasquito? Porque parece que a la Sindicatura le dieron un frasco sin fondo. Quéjese quien se queje, nada sucede. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.