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Extorsión

Estoy sentado en la sala de mi hogar, escuchando las noticias de la CNN que está informando sobre el juicio contra Donald Trump, que enfrenta cargos graves, como tratar de boicotear la transmisión pacífica del poder en el 2020.

José Roberto  Vázquez

Por el derecho a la libertad de expresión.

Estoy sentado en la sala de mi hogar, escuchando las noticias de la CNN que está informando sobre el juicio contra Donald Trump, que enfrenta cargos graves, como tratar de boicotear la transmisión pacífica del poder en el 2020. En eso estaba cuando suena el teléfono fijo de mi casa con una llamada del 52 665 278 6843, y alguien se identifica como el Licenciado Alejandro Medina, del Registro Público de la Propiedad. Me dice que van a ir a mi domicilio a entregar un título de propiedad y un certificado de gravamen. Recibo positivamente la noticia pues estamos en el trámite de esos documentos. Me da dos folios, que deberé corroborar. Me pide mi número de celular, porque dice que voy a recibir una llamada de la compañía de paquetería DHL, al teléfono fijo de mi casa. Me llama a mi celular y dice que tiene a mi esposa en otra línea. Después actúa como intermediario entre mi esposa y yo, durante la conversación, y finge hacerle preguntas a ella, como para comprobar lo que yo le respondo a él. Siempre con un tono de voz imperativo y profesional, alabando mis respuestas correctas y claras. Para estas fechas yo siento una cierta desazón, porque hay cosas que ya no me están cuadrando.

Como siguiente paso el Lic. Medina me da una clave de rastreo para la compañía DHL. Me dice que hay dos folios numerados, uno por un pago de $17,500 y el otro por $57,700. Me aclara que la DHL me va a pedir esta información, que se las entregue para poder recibir los documentos. Inmediatamente suena el teléfono fijo de mi casa, y una mujer se identifica como trabajadora de la DHL. Me pide los folios y cuánto se pagó por cada uno de ellos. Aclara que el primero está bien, pero en el segundo folio le aparece un puntito rojo, que indica un error caligráfico y que no pasó el pago. Que se debe de hacer de nuevo. Da un margen de entre 35 a 45 minutos para pagarlo en el banco, o el trámite se cerrará y habrá una penalidad de $140, 000 pesos. El Lic. Medina supuestamente le dice a mi esposa si puede hacer el pago, y ella dice, según él, que ya está en eso con el banco. Yo, tranquilo, porque todo está funcionando bien, espero en la línea. De repente todo se complica, mi esposa no puede hacer la transferencia y le pide al Lic. Medina que él lo pague, y muy buena onda, él accede, pero pide una hora y media para ir al banco. La DHL no acepta y dice que se procederá con la penalidad. Me informa entonces el Lic. Medina que mi esposa me pide que yo vaya a pagar al banco. Como necesito aclarar algunas cosas, pido hablar por teléfono con mi esposa, pero, según Medina, está en una videollamada con el banco, y si me contesta se le puede cortar y el trámite se pierde.

Al ver las cosas tan complicadas y sin salida práctica, le aviso a Medina que voy a ir a la oficina de mi esposa, y él, nervioso, me dice que no hay tiempo. No le hago caso y salgo hacia la oficina. Cuando llego no hay ninguna videollamada y mi esposa está en sus actividades habituales. Nada era cierto. Se trataba de una llamada de extorsión, en la cual no caí, por desconfiado.

Moraleja: aunque sean razonamientos muy infantiles o débiles los que nos lleguen, cuando estamos bajo presión, por unos sujetos que quieren nuestro dinero de forma fácil, siempre comprueben lo que no les cuadre. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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