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Matthieu Ricard

“Quien mira hacia fuera sueña; quien mira hacia dentro despierta”. Carl Jung.

“Quien mira hacia fuera sueña; quien mira hacia dentro despierta”. Carl Jung.

En la Universidad de Wisconsin, EU, hicieron un estudio liderado por el Dr. Richard Davidson, el cuál duró 12 años, con el objeto de comprobar si era posible medir científicamente el grado de felicidad del ser humano. Está comprobado que la activación del neocórtex frontal izquierdo es el que está asociado a emociones positivas, y se establecieron parámetros de máximos y mínimos para medir el grado de felicidad. Uno de los participantes fue Matthieu Ricard, y cuando lo midieron superó con creces el máximo indicador que tenían pronosticado los investigadores. La prensa se enteró de esto y lo titularon el hombre más feliz del mundo.

Quién es.

Matthieu Ricard es un francés nacido en 1946, hijo de un filósofo francés de mucho prestigio en Francia, y su madre famosa pintora. Crece en un ambiente intelectual muy elevado, y de hecho estudia un doctorado en biología molecular, bajo la mentoría de un profesor que había sido premio Nobel de ciencias.

Ricard en una ocasión tiene la oportunidad de conocer unos monjes tibetanos, y se queda impresionado con la paz interior que tienen, y que nunca había visto en algunas de las personas del círculo que se movía tanto en su casa como en su ambiente profesional. Decide entonces hacerse monje tibetano y se va a radicar a esa región.

En una ocasión lo entrevistan y le comentan cuál es la clave de su plenitud de vida, y lo contesta de una manera muy sencilla, “el altruismo, pensar en los demás. Cuando tu pensamiento se centra en el yo y en lo mío es muy agotador, no hay que preocuparse tanto por uno mismo”.

Que nos dicen hoy.

Si analizamos la respuesta de Ricard comparado con el hedonismo que hoy se vive, la búsqueda del placer como de lugar, que por cierto no tiene nada de malo, el problema es cuando te centras en eso: placer por el placer, los likes, status, adicciones,etc. ya que el dolor tarde o temprano llega, y si no sabes cómo enfrentarlo o resolverlo, caes en una situación de mucho estrés o de sufrimiento innecesario. Además, parte del proceso de la felicidad es precisamente el desarrollo de la capacidad de resolver problemas, de enfrentarlos. La felicidad la buscamos fuera, cuando en realidad está dentro de uno.Si llevamos esto a términos de ventas, hay que procurar que cada interacción que tengamos con un prospecto ( o sea los demás) aportemos un valor agregado y no una pérdida de tiempo. ¿Te late estimado lector?…¡feliz domingo!

*El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.