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Ruido en la Fiscalía

Cuando la maestra Ma. Elena Andrade Ramírez llegó a la titularidad en la Fiscalía General de Justicia del Estado de Baja California (FGE), vientos de esperanza llegaron junto con ella a toda la estructura de la dependencia encargada de llevar justicia a los bajacalifornianos.

Cuando la maestra Ma. Elena Andrade Ramírez llegó a la titularidad en la Fiscalía General de Justicia del Estado de Baja California (FGE), vientos de esperanza llegaron junto con ella a toda la estructura de la dependencia encargada de llevar justicia a los bajacalifornianos.

La abrupta salida de Ricardo Iván Carpio, por cierto todavía no explicada a detalle, trajo en consecuencia una serie de cambios en fiscalías locales, comandancias, oficinas y hasta en las áreas de intendencia.

La maestra llegó con todo, presumiendo además contar con el absoluto respaldo de la gobernadora Marina del Pilar Ávila quien, sin duda, le dio toda su confianza y apoyo para atender esa área prioritaria para mantener e incluso elevar favorablemente, la percepción en el gobierno morenista. Era necesario, dijo, entonces, “refrescar” la justicia en el Estado.

Pero parece ser que los cambios no han servido y que contrario a lo que se esperaba, las cosas no están funcionando bien en la Fiscalía.

Y tal vez no es tanto por los nombramientos y los nombrados, sino por haberlos hecho sin un plan estratégico bien definido, buscando privilegiar a los amigos de los amigos, a los recomendados de los recomendados, sin considerar las necesidades y capacidades, pero sobre todo sin darle a quienes son los que sacan la chamba, las herramientas para conseguir sus objetivos y metas. Es así que en las indiscretas paredes de la FGE comienzan a escucharse una serie de comentarios que hablan de un exceso de carga de trabajo en varias oficinas, falta de personal, como consecuencia de esa fácil costumbre de los gobiernos, cuando se trata de no dar respuestas, de crear fiscalías para todo problema que se les presente: Fiscalía para desaparecidos, que Fiscalías contra la corrupción, Fiscalías contra feminicidios, Fiscalías para investigar el Triángulo de las Bermudas, Fiscalías para esto y Fiscalías para lo otro.

Pero toda la carga con el mismo personal, los mismos vehículos, las mismas computadoras, las mismas oficinas, la misma nómina y las mismas respuestas cuando se pide apoyo: “No hay presupuesto y háganle como quieran”. Dicen que a ese ritmo y como a la Maestra Andrade le encanta salir en los medios y aparecer en las redes sociales, no tarda en crear la Fiscalía de Mantenimiento, nombrar al fiscal correspondiente y difundirlo en su Facebook y Tiktok.

Eso sí, y aunque lo digan en broma, de seguro que el nuevo fiscal en el combate a la mugre y el cochambre tendrá que resignarse a utilizar los mismos baldes, botes, escobas, mapeadores y trapos porque “no hay presupuesto”.

CAMINOS DESATENDIDOS

La reciente manifestación de camioneros hartos de los robos violentos y extorsiones en las carreteras del país ponen en el centro del problema a la Guardia Nacional sección carreteras, porque dicen los afectados, simplemente no vigila la red de caminos a lo largo y ancho del país.

De hecho, hay quienes aunque circulan largos tramos carreteros no ven a las patrullas de la Guardia Nacional, no ven los operativos “carrusel” para controlar la velocidad de los conductores. Pero lo preocupante es que no se ve la vigilancia para prevenir más que infracciones de tránsito atracos.

Cómo estará la situación que en la manifestación del pasado lunes hubo transportistas con lonas que pedían “Que regrese la Policía Federal de Caminos”, la corporación encargada de vigilar desde 1939 las carreteras del país y que en 1999 se convirtió en la base para la creación de la Policía Federal, misma que el presidente Andrés Manuel López Obrador se encargó de aniquilar para crear su militarizada Guardia Nacional y que por los reclamos de los transportistas no ha dado el ancho para garantizar ya no seguridad, sino mediana seguridad en los caminos del país.