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¿Quién apaga la luz?

“Nada tan peligroso como una idea amplia en cerebros estrechos.” Hipólito Taine

Nuevamente el Presidente López Obrador jalando reflectores y ahora lo hace en una fecha muy significativa para el estado de derecho, la justicia y la legalidad, el aniversario de la promulgación de las últimas 2 constituciones mexicanas, la de 1857 y la de 1917 y desdeñando esta importante celebración, al lanzar una serie de modificaciones, la mayoría de ellas, constitucionales, en el Día de la Constitución, pero en su celebración a modo.

Cabe destacar que prácticamente todas las propuestas dadas a conocer, conllevan modificación constitucionales y el presidente sabe que en esta legislatura no pasarán pues no cuenta con la mayoría calificada para lograrlo, por ello parecería ocioso presentarlas, sin embargo, será tema de campaña echar en cara a los “neoliberales y fifís” que se niegan a darle al pueblo bueno las reformas que tanto se necesitan, pero que su implementación, en la mayoría de los casos, implicaría contratar una deuda pública descomunal, pero para el presidente, eso no importa, mientras siga subiendo su popularidad a pesar de hipotecar al país, como lo está haciendo calladamente con el incremento de la deuda pública, esa que prometió que no subiría.

Fue enfático en mencionar que sus reformas buscan dar marcha atrás a las reformas del periodo neoliberal, como si se tratara de que cada 6 años nace un nuevo México y lo anterior, simplemente se dinamita.

Algunas de sus propuestas ya están en la Constitución, como el reconocimiento de pueblos indígenas y afroamericanos. Otras resultan preocupantes pues de lograrse, llevarían al país a la ruina económica, como el establecimiento constitucional de la pensión universal para adultos mayores y personas con discapacidad, el otorgamiento de becas para los millones de estudiantes en todos los niveles de escolaridad, la atención médica integral de manera gratuita y no se diga la propuesta de que todos los trabajadores y sus familias puedan ser dueños de sus viviendas. Este último tema ya aparece en la Carta Magna de manera general, pero evidentemente no se ha logrado.

La propuesta de revertir las reformas a las pensiones aprobadas por los presidentes Zedillo y Calderón, sería un clavo más en el ataúd, pues en todo el planeta, los sistemas de pensiones han estado quebrando por el aumento en la esperanza de vida de las personas, lo cual provoca que los fondos sean insuficientes para pagar las pensiones. De revertir esto, que en su momento salvó al IMSS y al Issste de la bancarrota, nos pondría nuevamente en un estado de insolvencia.

La propuesta de garantizar a los mexicanos el derecho a la educación y al trabajo, y en el caso de los jóvenes que no tengan empleos el Estado debe contratarlos para darles lo equivalente a un salario mínimo, como sucede con el programa jóvenes construyendo el futuro, se me hace terrible, pues ahora tendríamos un ejército de muchachos que estarían becados por el gobierno para hacer nada.

El tema que hace mas ruido es la reforma al Poder Judicial y la eliminación de los órganos constitucionales autónomos, esos que no pudo doblar, por lo que el INE y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que ya tienen gente afín, pues no se tocarán, pero el INAI, IFT, COFECE, pues se eliminan por capricho.

Se trata de más ocurrencias de López Obrador, sin embargo, de lograrse, las penurias económicas que provocarían, las pagarían los que vengan después.