Convivencia

Conveniencia es, en general, lo que se mantiene por ser útil (habitualmente, a pesar de que suponga el mantenimiento de una hipocresía, de una irracionalidad o de una impropiedad). Puede referirse más específicamente a un matrimonio de conveniencia, el que se realiza con el fin de obtener beneficios jurídicos sin que haya vínculo sentimental entre los contrayentes; Pabellón de conveniencia, pabellón o bandera enarbolado por buques civiles cuya relación entre el naviero y el Estado al que representa dicho pabellón es accidental, por ejemplo Liberia tendría la flota mercante más grande del mundo por el número de naves mercantes que utilizan su bandera aunque no sean originarios de ese país africano. La conveniencia siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. La conveniencia también se puede definir como una correlación y conformidad entre dos cosas distintas, en donde se conjugan la utilidad, provecho, ajuste, concierto y convenio. En la religión también existe la conveniencia, por ejemplo, soy de tal religión porque me conviene en lo personal. Esto es como cuando los hombres y las mujeres de Israel que fueron con el profeta Jeremías para ver si era el deseo de Dios que ellos fueran a Egipto. Antes de que Jeremías consultara a Dios por parte de ellos, esto es lo que ellos le dijeron a Jeremías: Sea o no de nuestro agrado, obedeceremos la voz de Dios. Sin embargo, cuando Jeremías les dice: “Dios dice: No vayan a Egipto. Quédense aquí”, ellos responden diciendo ¡Lo que dices es una mentira! ¡No es verdad lo que te mandó decirnos! La postura de algunas personas es: “Voy hacer lo que tú digas siempre y cuando lo que tú digas vaya de acuerdo con mis puntos de vista”. O quizás diga: “voy a hacer lo que tú digas, pero no voy a perdonar a fulano de tal porque lo que me hizo es imperdonable”. La política es de “conveniencias”, por supuesto muchas personas piensan así, pero lo que debe prevalece es un interés superior por encima de las conveniencias personales o de grupos y cualquier político que se ufane de amar al país debe regirse por principios fundamentales de unidad, moral republicana, respeto por la Ley y los Derechos Humanos, decencia y decoro, velando siempre por el bien de un país, estado o municipio. Pongamos por ejemplo a un personaje naranja y le preguntaríamos ¿qué es más importante y conveniente para ti o para tu partido?, ¿obtener un crecimiento marginal de tu partido, que no el poder, siguiéndole el juego al gobierno actual en un proceso de división de la oposición y de la sociedad en general, yendo su partido solo, sin alianzas, en las próximas elecciones ,con lo que su único “logro” sería la pulverización del voto opositor, o sumarse a una Gran Alianza de partidos y ciudadanía, y salvando a México de un futuro previsiblemente desastroso, cuando estamos viendo como gobierna el odio, la mentira, la división, la discriminación de la gente de bien, ilustrada y bien intencionada por parte de las hordas salvajes que siguen en su proyecto de destrucción nacional, inserto en la agenda “Globalista” del Socialismo del Siglo XXI. ¿Quién en su sano juicio puede votar por personajes que le apuestan a la destrucción de las instituciones, de la propiedad privada, a la inseguridad en todo el país? A punto de arrancar las campañas ¿Quién apostará a favor de la rendición de cuentas, de la transparencia, del desarrollo sustentable y sostenible, del transporte público, del desarrollo regional o de la cultura del agua, de mejores vialidades, de mejor medio ambiente o de mejor seguridad? Hace algunos días escuche una conversación entre un funcionario y una aspirante a funcionaria decir, sabemos que estamos mal y que hay un candidato que puede hacer mejor las cosas, tiene posibilidades, pero nos conviene mucho más que el actual partido en el poder continue. Esta cómoda posición de algunas personas es lo que tiene hundido al país, a muchos estados y municipios, el anteponer el interés personal al interés común. Desgraciadamente muchas personas votaran por conveniencia personal y no porque las cosas mejoren, hagamos conciencia en toda la ciudadanía para que ello cambie.

• *- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.