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Similitudes entre Echeverría y AMLO

“El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria.” Winston Churchill

Analizando las formas de actuar del presidente López Obrador, sus filias y fobias, se puede dar uno cuenta de que existe una extraña similitud con el expresidente Echeverría, las cuales, poco a poco se convierten en más evidentes.

Cuando arrancó su sexenio López Obrador y quiso que la población opinara sobre enjuiciar a los expresidentes, se refirió a todos menos a Luis Echeverría. Su recuento de los peores años de gobiernos corruptos siempre los refirió a 36 años, dejando a salvo a López Portillo, ya fallecido y por supuesto a Echeverría.

Ya en los hechos podemos ver las actitudes similares de ambos. López Obrador comparte con Echeverría un discurso nacionalista. Ambos han buscado una economía cerrada, con empresas públicas por doquier, ya sea adquiriendo empresas quebradas, como mexicana de aviación o encargándose de actividades que antes fueron competencia de los particulares, como la cadena de bancos del bienestar o la administración de aeropuertos.

Con Echeverría se da el inicio a una economía populista, con programas sociales y de apoyo a los más desprotegidos, López Obrador ha abusado de estos programas, regalando recursos a las personas mayores, solo por ser mayores, sin importar si cuentan con pensión o no; a madres solteras, jóvenes, etc.

Ambos mandatarios adoran la figura de Lázaro Cárdenas, al grado de que López Obrador lo considera como el iniciador de la lucha a favor de los más pobres.

La parte más negativa de ambos gobiernos es el ataque a quienes no piensan como ellos, con Echeverría se les mandaba fusilar o encarcelar como ocurrió con los hechos bochornosos protagonizados por los “halcones” en 1971 y su colaboración en el movimiento de 1968. En el actual régimen, no se han conocido hechos sangrientos, pero si grandes persecuciones políticas contra los opositores, iniciando con el Ministro Eduardo Medina Mora, quien inexplicablemente renunció a su cargo, o los casos de Ricardo Anaya, Ildefonso Guajardo, Emilio Lozoya o Rosario Robles y los intentos por inculpar a Xóchitl Gálvez de todo tipo de delitos. No olvidemos también la serie de despidos en oficinas públicas y su famosa frase de: “están con nosotros o están con los conservadores, no hay otra opción”

Ambos mandatarios han sido conocidos por sus decisiones arrebatadas, como en el caso de Luis Echeverría que al visitar el paralelo 28, decidió establecer la “Escuela Normal del Desierto”, en un sitio donde ni siquiera había alumnos, menos maestros, pero se construyó un elefante blanco que terminó siendo cuartel militar. En el caso de López Obrador, su cerrazón lo llevó a dinamitar el proyecto del aeropuerto de Texcoco, enterrando miles de millones de pesos, olvidándose de su austeridad republicana, para iniciar otro nuevo, el Felipe Ángeles.

Ambos mandatarios retiraron de los menús oficiales, los vinos y alimentos sofisticados, para cambiarlos por agua de jamaica y comida mexicana y en el caso de AMLO, por tamales de chipilín.

En materia de inversión privada, en ambos sexenios ha caído considerablemente, en el caso de Echeverría mucho se debió a la gran tensión que se dio entre el gobierno y los empresarios, ocasionada por el giro político hacia la izquierda que el gobierno había dado, pero los 2 gobiernos se han colocado en contra del empresariado o de los “fifís”, como los ha bautizado AMLO.

En ambos casos, el gasto social subió desorbitadamente y en el caso de Echeverría, terminó su presidencia con una crisis económica en 1976 que lo obliga a devaluar al peso y una deuda externa de grandes proporciones. Es nuestro deseo que en este rubro no existan similitudes y que efectivamente se sigan cuidando las finanzas como hasta ahora.

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