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OPERATIVO MOCHILA: Juntos podemos transformar el mañana

La masacre de 21 niños en una escuela de Texas aunado a las presuntas amenazas de balaceras en escuelas públicas de la región, obligó a las autoridades educativas y padres de familia a implementar operativos de revisión de mochilas (de manera sorpresiva) entre la comunidad estudiantil, con la finalidad de prevenir el consumo de drogas y uso de la violencia entre niños y jóvenes.

La masacre de 21 niños en una escuela de Texas aunado a las presuntas amenazas de balaceras en escuelas públicas de la región, obligó a las autoridades educativas y padres de familia a implementar operativos de revisión de mochilas (de manera sorpresiva) entre la comunidad estudiantil, con la finalidad de prevenir el consumo de drogas y uso de la violencia entre niños y jóvenes.

En 1983, Estados Unidos creó el programa preventivo “Drugs Abuse Resistence Education” (DARE por sus siglas en ingles) o Educación Preventiva Contra el Consumo de Drogas, cuyo objetivo es “eliminar o retardar el consumo de tabaco y drogas ilegales entre los alumnos que lo tomaban”.

Consiste en la educación preventiva de niños y jóvenes sobre los efectos y riesgos físicos, emocionales, sociales y legales del alcohol, el tabaco, inhalantes sobre su cerebro; además de fomentar cosas positivas que pueden hacer en su comunidad y que no incluye el uso de sustancias dañinas.

Dicho programa, el cual es un proyecto apolítico y no lucrativo, con responsabilidades y compromisos compartidos entre la sociedad y gobierno, buscaba no solo ayudar a quienes ya padecían el problema sino evitar que más jóvenes se involucraran en actividades ilícitas.

Ante el incremento de incidentes vinculados a la violencia y crímenes de alto impacto, pero sobre todo al consumo y participación de niños y jóvenes en actividades ilícitas, nuestro país adoptó la medida, como una forma de preventiva de acercarse a los menores, en un ambiente sano y neutral: la escuela.

Así, alumnos de 4, 5 y 6 grado participaban en el programa, el cual era impartido por oficiales de la policía municipal, y entre juegos y divertidas dinámicas aprendían sobre las drogas y sus efectos destructivos.

No obstante, la preocupación seguía, los casos de menores involucrados en actividades ilícitas vinculadas a la venta y consumo de estupefacientes así como su familiaridad en el uso de armas (punzocortantes-cuchillos, y de fuego), no solo en los limites de los centros educativos sobretodo dentro de ellos, llevó a las autoridades educativas y cuerpos policiacos del país a idear un programa de revisión sorpresiva y aleatoria de las mochilas y/o artículos escolares de los alumnos a fin de decomisar armas y drogas que eran ingresadas al plantel.

Aquel programa preventivo y educativo, se convertía ahora en una nueva estrategia de seguridad denominada “OPERATIVO MOCHILA” que “obligaba” y comprometía a los padres de familia, maestros y oficiales de la policía municipal a formar un frente común contra la delincuencia organizada.

Es así que de manera sorpresiva, niños y jóvenes de educación básica (primaria, secundaria y preparatoria), son sometidos a revisiones aleatorias en diferentes escuelas públicas y privadas del país.

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